SUR ha compartido las horas previas al inicio de los exámenes de Selectividad con tres estudiantes malagueñas del instituto de El Palo. Cada una lo vive a su manera, porque tienen aspiraciones distintas. En cierta forma, Macarena, Luisa y Laura representan a la mayoría de los alumnos que la próxima semana se enfrentarán a las pruebas que determinarán su posición en la lista de los que eligen primero.
Macarena quiere lograr plaza en una carrera con uno de los cupos más restringidos, como es la de Fisioterapia, y confiesa que, si no puede ser en Málaga, estudiará en cualquier otro punto de España. Luisa se enfrenta a la indecisión sobre el camino que seguirá, aunque estará relacionado con las ingenierías, y parte con un expediente de sobresaliente como colchón. Y Laura lo vive con menor tensión porque ha elegido unos estudios con pocos problemas para conseguir un asiento.
Ninguna de ellas baja la guardia. Acuden cada mañana al instituto para repasar con los profesores las materias que llevan más flojas, y por las tardes se han hecho un horario de estudio completo. Aunque al caer el sol pliegan velas -y libros- por unas horas y se escapan para despejarse.
Las suyas también suponen tres formas de entender la relación entre el hogar y la formación: Luisa quiere estudiar fuera de Málaga casi a toda costa, y Laura no se moverá ni siquiera de su barrio (pues la facultad a la que quiere ir se encuentra en El Palo).
Las próximas 24 horas serán claves para sus nervios, sus uñas y su futuro. Pero dentro de apenas cinco días comenzará el verano de sus vidas.