Si uno se detiene un poco, por ejemplo y por lo que nos toca, en los mandamientos de la santa iglesia, según los doctorados y purpurados de la misma, y añade “a los ricos” pues puede que los entienda en “su verdadero sentido”. Porque resulta que esos magníficos preceptos tal vez fueron concebidos para preservar a los más poderosos de la comunidad frente a las asechanzas inevitables de la chusma, que deberían ser los más observantes de los mandamientos puestos . . . con fundamento y con un por qué bien pensado.
Y así hay que “impedir” y para eso poner en peligro de pecar y ser señalado aquello de : no hurtar a los ricos, no mentir a los ricos, no desear la mujer de los ricos, no levantar falso testimonio de los ricos, no usar el nombre de dios y de los ricos en vano, . . . porque había que preservar “la tranquilidad y el poder” de los ricos, de los poderosos, de los conmilitones, capataces y correveidiles de los ricos. . . para que la paz social tuviera su sentido de fundamento.
Incluso en contra del mensaje del evangelio que “escribieron” pasados unos cuantos años y en el que se les coló algunas bienaventuranzas de bonísimas intenciones, cuando por ejemplo habla y bendice a los ¿mansos? y perseguidos, los humildes y pobres de la tierra.
En cualquier caso convendría recordar que el “buen Jesús” se armó de ira y un látigo para expulsar a los ricos mercaderes del templo, después de haber afirmado rotundamente de la dificultad de que un rico llegase al reino de los cielos, mayor que la de un camello intentando pasar por el ojo de una aguja.
Por cierto que nadie se toma en serio este pasaje del evangelio que inspira la religión, tan cómoda, para tantos ricos y poderosos ostentando sus fes acomodaticias.
Como para que luego se acepte y asuma una política tendente a preservar a los sectores más holgados, más poderosos frente a la gran masa de los más desfavorecidos . . .que estos “podrán hacerse cargo de toda la carga”, sujetos a llevar a cuestas de sus magras fuerzas y recursos de una reforma laboral inclemente, con el despido libre de estandarte, una política de recortes en sanidad y educación, de unos recortes en los sueldos, en la asistencia a la dependencia, con un futuro incierto, recortado y precario hasta la desesperación, . . .con nuestros dirigentes “tan tranquilos” porque saben que “los de abajo podremos aguantar lo indecible”.
Como para que a pesar de todo se pongan de los nervios, los de arriba, cuando los pobres intentan levantar la cabeza, acusados de “peligrosos, desestabilizadores, antisistemas”. Y si no fíjense con los griegos, en el disparadero del sistema que pretende “perpetuarse”, que sigan cayendo en la pobreza más injusta e indignante. Con nuestro gobierno español puesto de uñas contra cualquier flexibilidad que ponga en entredicho, tal vez la posibilidad de dar un aliento de esperanza a los griegos de la clase llana, por si se contagia el ejemplo, con su ciudadanía domesticada y sometida, o así lo creen, como para que no se facilite “ni agua”, sabiendo que siempre se empiezan a perder los privilegios y prebendas por abajo.
Porque “el verdadero sentido de las cosas” tal y como están, es la razón última y principal de toda su ideología, que hasta ahí podían llegar los mamporreros de los poderosos por si pierden su intermedia posición privilegiada, sin nada que ofrecer a la “justicia social”.
Y a los dictámenes de Alemania se seguirán al dictado para que no cunda el mal ejemplo de los griegos pobres y hundidos por el mal hacer de quienes fueron sus dirigentes, “lacayos perfectos de los poderosos que pontifican la ley del mercado ¿libre?”.
Y por cierto y para que no se nos olvide: ¿Nos convencerán de que los enfermos de hepatitis C “piden Sovaldi como si fueran caramelos”?. Y ¿lo toleraremos?.
Torre del Mar febrero – 2.015