Empate con sabor a triunfo

 

 

. Un 'loco' llamado Santiago Bernabéu, que había sido de todo en el equipo blanco, aseguró que para estar a tono con la grandeza que estaba adquiriendo el equipo se precisaba un estadio con capacidad para 50.000 espectadores. «Está loco de atar», dijeron los que no podían adivinar lo que iba a ser el fútbol, en general, y el Madrid, en particular.

El 16 de mayo de 1946, Chamartín echó el cierre. Y en ese encuentro de clausura del famoso campo el Málaga tuvo el honor de compartir tan destacada efeméride. Por supuesto que no era encuentro oficial. Y por eso el resultado no cuenta en la historia de los Real Madrid-Málaga, lo que impide que el titular de Martiricos sepa lo que es ganar en los predios madridistas.
A los dos años, el Málaga volvió a Madrid. Ni el Madrid había bajado ni el Málaga ascendido. Era el 25 de mayo de 1948. Se había realizado el sorteo de la segunda jornada de Copa. Este torneo era el agua bendita que el tesorero malaguista, Guillermo Santamaría, esperaba todos los años en la década de los cuarenta. Ese partido tenía que haberse jugado en aquella Rosaleda de hace 63 años, con gradas de media docena de filas. Pero el Madrid propuso al presidente, Navarro Nogueroles, jugar en la capital y repartir la taquilla al 50 por ciento. Y hubo poco que hablar. El Madrid se quedó con la eliminatoria ganada, y el Málaga administró la recaudación para sacar adelante la temporada.
Eliminatorias de Copa
En las más de treinta visitas del Málaga al Madrid hay tres eliminatorias de Copa. La ya mencionada, la de los 80, con Benítez de entrenador, y la del año 1966, en que para la caída del Málaga fue preciso disputar un tercer encuentro, en Valencia, después de repetir en la vuelta el mismo marcador de 1-1. Como anécdota a este trío de partidos hay que señalar que la sabia recomendación madridista a Moreno de Luna, presidente de turno, era guardar fuerzas para la promoción contra el Granada. El Málaga se vació en la Copa, y el desinflamiento proporcionó al Granada, que entrenaba Jeno Kalmar, quitarnos el puesto en Primera.
El techo triunfal del Málaga en el Bernabéu nunca ha superado el empate. Uno de los cuatro del extinto Málaga es el merecedor de capitanear esa serie de igualadas. No porque fuera el empate más goleador (2-2), sino por las circunstancias que se dieron. Al cuarto de hora el partido iba camino de la goleada. A los 10 minutos Martínez había batido a su portero Deusto. Y siete después, Pirri, de penalti, lograba el 2-0. Aquel Málaga de Deusto, Montero, Arias, Monreal, Viberti, Martínez, Aragón, Conejo, Álvarez, Migueli y Búa no bajaba los brazos fácilmente. Los canteranos Migueli (minuto 24) y Conejo (89) dejaron atónitos a los que aguardaban la goleada. Fue un empate con sabor a triunfo y ofrecido en directo por TVE el 7 de febrero de 1971. En el Madrid actuaron los ex malaguistas Velázquez y Fleitas y en el titular de Martiricos los ex madridistas Montero y Búa. Solo Velázquez puede recordarlo
 
Fuente:Diario Sur.
Juan Cortes