En un periodo aproximado de cuatro horas, los participantes tuvieron que hacer frente al reto de construir un anillo inclinado entre dos soportes verticales. «Vamos a valorar la limpieza de ejecución o la exactitud del replanteo. También existen aspectos que se penalizan», comentaba Irene Medina, miembro del jurado.
Así, con esfuerzo y dedicación, la mayoría de las cuadrillas consiguieron completar la estructura en el tiempo establecido. «Se trata de un ejercicio bastante difícil. Un momento clave será cuando quitemos los soportes», apuntaba Félix Sáenz, que se desplazó desde La Rioja hasta Málaga para participar junto a su hermano Ramón en el concurso.
Para Gabriel Morato, también concursante en el certamen, «lo que más nos ha costado es conseguir la inclinación que tenía que tener el anillo. Y es que, no solo sirve que se quede en pie sino que, además, debe ser bonito».
Finalmente, el jurado dio por vencedores a la cuadrilla compuesta por los hermanos Natividad y José María del Pozo, de Fuenlabrada, que recibieron un premio económico de 5.000 euros