De nuevo la patria, los ardores guerreros, los intereses bastardos y rentables, la unidad, el territorio, el cortijo guarnecido de chusma y demás pendejos, carne de degollina al cabo de quienes son cromos, según pinten pares o nones, según la idiosincrasia, los orígenes, los lazos inescrutables e intangibles, como para armarla por las bravas, . . .siempre por las bravas en el despiece visceral de la paz imposible.
En juego, pues, la integridad étnica, patriótica, al rebufo de los líderes que velan y se desvelan por la ciudadanía a la que tanto aman, juran y perjuran, desde sus poseas imperialistas, nacionalistas, supervivientes, a pesar de las mareas humanas que bastante tienen con malvivir.
En juego el trabajo sucio que sale a airearse desde las tanquetas y a paso marcial. Con el pueblo en el punto de mira de los discursos, de las soflamas, de las mirillas de los francotiradores, porque está tanto en juego, con las vidas de los pobres “parias de la tierra” en vanguardia, como escudos indefensos e inocentes de la geopolítica que de tantos argumentos dispone, con la población civil a merced de los suculentos pactos, tratos, decisiones sacrosantos e inaplazables, caigan quienes caigan, empezando por los de más abajo. Hasta llegar a la conclusión inaplazable de “Esto no es una simple amenaza, es toda una declaración de guerra a mi país”. . .
Sin que lleguemos nunca a escarmentarnos de cuanto nos han contado o vivido. Con las malas pulgas de los intransigentes y fanáticos. Sujetos al mal gobierno, la explotación y el arrumbamiento al pozo de las penurias a los más desgraciados entre los desgraciados.
Mientras prosigue y se afianza la escalada guerrera. : “Kiev se prepara para la guerra” y “Moscú consolida su poder en Crimea”.
Como para que al final todo reviente y ya se hayan desvanecido los culpables de uno u otro lado. Con los paganos de costumbre en primera línea de fuego, sometidos al derramamiento de sangre y sufrimiento que exija el nuevo caos organizado.
Porque todo acaba peor de cómo se podía imaginar. Con quienes no transigen, con quienes están hartos de transigir. Con el protocolo bélico siempre en posición de “atentos”, para intervenir, para que el odio resurja más contaminante cada vez, contra cuanto se mueva y sea distinto a lo aceptable. Caigan quienes caigan en el fragor del combate “convencional” y apalabrado. . .por mor de la patria en peligro, . . . que siempre están las patrias en peligro de volver a sumergirse en el dolor insoportable de sus pobladores por haberse dejado sacrificar, una y mil veces, los “patriotas a palos” entregados a la causa supranacional. Torre del Mar 5 – marzo – 2.014