Entrevista al cantaor Luis Moneo

Luis Moneo Lara (Jerez, 1960) ha dado por fin el paso. A sus 56 años acaba de finalizar la grabación del que será su primer disco en solitario, 'Mi palabra, mi cante', una autoproducción que verá la luz en pocas semanas. Con la sensación del deber cumplido, el jerezano, una de las pocas voces rancias que quedan en esta ciudad, confía en que este nuevo proyecto le permita tener un poco más de protagonismo en un mundo en el que cada vez es más complicado subsistir.

 
-Se habrá quedado tranquilo…
 
-Sí, ya está todo preparado y sólo falta que lo terminen de masterizar. Ha costado, pero bueno, ya tengo ganas de tenerlo en las manos.
 
-Pero ha sido un proceso largo, porque llegó a interrumpir el proyecto, ¿no?
 
-Sí, empecé a grabar pero ocurrió lo de mi sobrino y decidí parar. Yo soy un cantaor de inspiración y no estaba para meterme en la pecera y cantar, por eso paramos. También hemos tenido males y bueno, el hecho de tener que pagártelo tú mismo no es fácil. Tú ya sabes…
 
-Y después, una vez retomado, ¿cómo ha ido lo del estudio?
 
-Bien, a mí no me gusta eso de pinchar y cortar, yo he grabado los cantes completos, casi como un directo. Nos metíamos desde por la mañana y bueno, hemos hecho dos o tres tomas y la que más me ha gustado la he elegido. Ahí no hay nada tocado.
 
-¿Lo del disco era una asignatura pendiente?
 
-Puede ser, porque hoy día si no tienes disco, no eres nadie. Yo tengo ya 56 años y creo que era el momento. A ver si con el disco empiezo a trabajar más.
 
-'Mi palabra, mi cante'…
 
-Así se llama. Me lo ha puesto mi hijo Juan, porque como mi cante es con lo que me expreso… Yo no soy mucho de hablar.
 
-Del contenido hay que hablar poco, es decir, su cante de siempre…
 
-Sí, no sé hacer otra cosa. He grabado nueve palos. Martinetes, malagueñas, soleá, soleá por bulerías, seguiriyas, fandangos, bulerías…Las cosas de nosotros, no he hecho nada raro, quería que la gente escuchase a Luis Moneo tal y como es. Por eso tampoco he querido tener colaboraciones de nadie, mi Juan y yo a pulso los dos.
 
-Usted no ha sido mucho de estudio…
 
-No, la verdad es que no, la única vez que me metí fue con Juan Diego Mateos que hice una seguiriya.
 
-Cambiando de tema. En los últimos recitales que ha dado me ha sorprendido una cosa, la cantidad de chavales jóvenes que le siguen. ¿Qué opina de eso?
 
-Es cierto y es algo de lo que yo mismo me sorprendo. No suelo levantar la cabeza cuando estoy en el escenario porque aparte de la responsabilidad que supone estar ahí, soy muy tímido, pero cuando miro al frente y veo tantos chavales me da mucha fuerza.
 
-Hace ya muchos años que dejó la guitarra, sin embargo aún hay gente que le identifica con ello. ¿Le ha perjudicado no haberse dedicado a cantar antes?
 
-Es posible, aunque mucha gente no sabe que yo fui el primero de mis hermanos en cantar ante un público. Canté en uno de los 'Jueves Flamencos' de Manuel Morao en el Alcázar cuando tenía 9 años. Entonces me llamaba Pepito Soleá, que me lo puso Morao (risas). Pero sí, volviendo a la pregunta, creo que me ha perjudicado. Yo he nacido cantaor, esa es mi vocación, lo tengo claro, lo que pasa es que la guitarra también me ha dado mucho. Con decirte que estoy rodeado de guitarras.
 
-(…)
 
-De todos modos, yo llevo mucho tiempo cantando y me he preocupado de mejorar y perfeccionar mi cante. Ahora si hay que hacer una serrana, Luis Moneo la hace, o rematar por livianas como hice en los Viernes Flamencos. 'Al moro…' (canta).
 
-También la guitarra le ha ayudado en otras cosas, ¿no?
 
-A mí tocar la guitarra me enriquece y me ha hecho conseguir una afinación de la que puedo presumir. Eso me lo dicen los guitarristas cuando voy al tablao, por ejemplo. 'Luis se nota que eres guitarrista, no se te va ni una afinación'. Todo lo que un artista sepa de música, le enriquece. También yo he recorrido mucho mundo con Manuel Morao y de él he aprendido mucho.
 
-¿Se acuerda cuando cantó por primera vez tras la guitarra?
 
-Claro que me acuerdo. Fue en la peña Tío José de Paula hace más de veinte años. Recuerdo que canté por soleá durante media hora, y la gente salió encantada.
 
-¿Y el baile, qué le ha dado?
 
-El baile me ha hecho crecer en el ritmo y el compás, y también mejorar los estilos.
 
-¿A Luis Moneo le gusta escucharse?
 
-A mí no. Yo cuando salgo en la tele lo quito. Mi mujer se enfada, pero es que no me puedo escuchar. Tampoco me gusta que mi gente vaya a los sitios a escucharme, porque más de una vez han dicho 'porque la seguiriya de Mairena'….¿Y por quién canto la seguiriya, por el Fary?
 
-Porque usted es un gran admirador de Mairena…
 
-Sí, pero es porque lo he escuchado desde que era joven. No escuchaba a Mairena, sino a mi tío Luis de Pacote que hacía las cosas de Mairena, que venía mucho aquí. Luego siempre he intentado hacer las cosas a mi forma, no copiar a nadie. También me gusta Caracol, El Serna, Terremoto, Agujetas o de mi hermano El Torta, que ese era un fenómeno….Lo importante es evolucionar, seguir aprendiendo y tener personalidad. Nosotros, por ejemplo, de los tres hermanos que cantamos ninguno nos parecemos. Pasa igual que mis tíos, que son los Carpio, que tampoco se parecen. Mi tío Alfonso canta de una manera, el Garbanzo cantaba de otra; o Rubichi y el Monea, que eran diferentes.
 
-Hay gente que no se explica por qué usted no canta más. ¿Qué piensa de eso?
 
-Yo tampoco me lo explico. A veces he llegado a pensar en no cantar más, en tirar la toalla. Pero luego recapacito y digo que no, primero por mis niños y luego por el cante. Yo me considero un relevo con la juventud, de hecho vienen a preguntarme muchas cosas y eso me enorgullece. Por todo eso sigo adelante, aparte también porque a uno le hace falta. Yo no tengo otra profesión a la que me pueda dedicar, no me voy a poner a estas alturas a pintar una fachada, yo soy cantaor y voy a seguir defendiendo mi cante.
 
-Porque a usted no se le caen los anillos por irse a trabajar a un tablao…
 
-No, al contrario. Si te digo la verdad a veces me sirve para gozar, porque cuando uno está ahí detrás no tiene la responsabilidad de estar delante, y sinceramente, a veces te viene bien eso. Yo he estado en Los Gallos, en El Arenal o en el Tablao Cordobés en Barcelona y allí he disfrutado porque además compruebas que los compañeros te aprecian y te admiran.
 
-Fíjese que los tablaos antes acogieron a los más grandes…
 
-Sí, por los tablaos de Madrid pasaron La Paquera, Terremoto, Caracol, Diamante Negro…Por eso a mí no me da vergüenza ir al tablao, al contrario tengo que estarles agradecidos, porque son los que a veces te dan el sitio que mereces. Además, ahí es donde se ve el que vale y el que no vale.
 
-¿Ahora para cantar hace falta tener marketing?
 
-Yo creo que sí. No quiero mentar nombres, pero yo he visto a gente bajarse del escenario después de cantar sin ni una gota de sudor. ¿Eso cómo puede ser? Yo eso no lo entiendo, pero lo que manda es el márketing. También ahora hay que venderse y a lo mejor yo no sé hacer eso, porque soy muy tímido y nunca me ha gustado ir a nadie a pedir nada.
 
-Tal y como está el panorama, cuando ve a su hijo Manuel que quiere dedicarse al cante, ¿no le dice nada?
 
-No. Con mi Juan intenté que estudiara y no cogiera la guitarra, pero a él le encantaba la guitarra. Con Manuel pasa lo mismo, es más creo que es artista hasta andando. Él lo tiene claro y es consciente de la responsabilidad que tiene, porque viene de donde viene. Es como el que viene de una familia de abogados, quiere ser el mejor abogado. Y eso para mí es un orgullo.
 
-El otro día decía El Cabrero que mucho día del flamenco y cada vez quedan menos festivales…
 
-Qué verdad. No entiendo cómo funcionan las cosas, porque siempre trabajan los mismos.
 
-Ahora que está de actualidad el tema de las zambombas. ¿qué opina de ellas?
 
-Eso está degenerado, ya no es como antes. Lo que se vivía en los patios se ha perdío, ahora lo que hay es mucho jolgorio y mucho pañuelo. Ni la de Villamarta es lo que era, ahora se suben 300 al escenario.
 
-La droga ha sido una lacra para muchas familias y para el flamenco también. ¿Ha visto a mucha gente estropearse por el camino?
 
-Sí que lo he visto, yo lo he vivido. Nunca he necesitado una cosa para cantar, lo que sea, cualquier sustancia, no lo he entendido. Yo personalmente así no podría ni cantar. A lo mejor me tomo un chupito antes de cantar, pero hasta ahí. Yo he visto de todo, pa que te voy a engañar, y he estado en fiestas con gente que llevaba días sin dormir. Gracias a Dios nunca me metí por ahí, y lo he vivido en mis carnes con mi hermano El Torta. Yo, como Agujetas, con mi botellita de agua.
 
-Usted que es muy futbolero. ¿A quién se parece más su cante a Cristiano o Messi?
 
-(Risas) Yo soy más de Messi, lo que pasa es que a mí me gusta más la defensa, siempre estoy a la defensiva (risas). Me quedo mejor con Piqué, porque soy del Barcelona.