El debate está en la calle. ¿Es el Málaga actual el mejor de todos los tiempos? Hay para quienes resulta exagerado plantear siquiera la pregunta. Pero la mejor forma de comprobarlo no era otra que recurrir a un quinteto de septuagenarios para que certificaran qué dimensión está tomando la presente actuación del Málaga de Antonio Tapia en el contexto histórico de un club ascensor, que incluso desapareció y cuya mejor clasificación histórica fue dos veces la séptima plaza en la primera mitad de los setenta.
Dos aficionados, Francisco Recio y Juan Jiménez; un ex directivo, Miguel Hilillo; un periodista, Juan Cortés, y un ex jugador, Alfonso Navarro Bruna, abordan en un intenso debate este asunto. Salvo el primero, al que le faltan meses, todos rebasan los setenta. Por tanto, fueron testigos de las etapas más brillantes del cuadro blanquiazul.
¿Es el mejor Málaga? «A mí me gustó el de la temporada 1982-83, porque había muchos canteranos y hasta el técnico, Benítez, era de aquí. Otra época buena fue la temporada con Peiró que supuso la clasificación para la Copa de la UEFA, pero desde el punto de vista técnico, en cuanto a calidad del juego, esta es la mejor. Se ha logrado poner de acuerdo a todos los medios en España. Todos lo consideran el equipo revelación», afirma Juan Jiménez, que a su edad no se pierde un partido fuera de casa, y que enciende muy pronto la mecha del debate. Bruna acude enseguida a matizar. «Cada época tuvo sus características. Antes se jugaba con otra táctica. Es difícil comparar. Yo también ascendí a Primera con muchos canteranos…». «En la época que entrenaba Helenio Herrera se ganó por 6-0 al Real Madrid», apunta Francisco Recio, y recita el once. «También era un equipo de calidad, pero yo ahora me quedo embobado con el equipo. La rapidez con la que juega nunca la vi», añade.
«Es que el fútbol de ahora no tiene que ver con el que se hacía antes, con un 2-3-5, con Chales de técnico y Mendaro. Entonces La Rosaleda tenía tres escalones… Y también el equipo de la campaña 1982-83 era muy bonito, pero no cabe duda de que en la época que vivimos ahora este Málaga es el mejor», argumenta Miguel Hilillo justo antes de que Juan Cortés ofrezca otra perspectiva: «¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos hecho esta pregunta hace varias semanas? Ahora, después de la remontada al Almería y el 1-1 en Valencia, que para mí ha sido el mejor partido de la temporada… Que no se nos olvide que el equipo iba a descender a Segunda B hace año y medio, y que ahora soñamos con la »Champions»…».
De paso, Cortés cita otra etapa gloriosa, la de los primeros setenta: «No se nos puede olvidar el Málaga de Viberti,… Fuimos al Bernabéu y a los quince minutos se perdía por 2-0, y al final 2-2, con goles de Miguel y Conejo de cabeza. Los más bajitos… Y en la 1982-83 el Málaga fue segundo en la clasificación y por coeficiente…».
Elogios al juego
Pero si no el mejor, sí el más espectacular. En eso nuestros protagonistas sí se ponen de acuerdo. «¿El equipo que juega mejor ahora? Es que el aficionado en Málaga no concibe el juego defensivo», afirma Bruna, y le secunda Juan Jiménez: «Antes se jugaba a ganar, y actualmente el fútbol es más rácano. En cambio, este Málaga, a pesar de los sistemas modernos es más ofensivo». «También la preparación física ha cambiado notablemente», repone Bruna. «Pues si a Viberti un preparador físico le hubiera dicho que se pusiera a correr…», deja caer Juan Cortés.
En casi todos los análisis este »senado» malaguista ensalzó la labor de Antonio Tapia como entrenador de la plantilla. «Lo que más me gusta es que ha conjuntado un equipo plagado de jugadores a préstamo. En un caso así la labor de un técnico es mucha», argumenta Francisco Recio, y Juan Cortés incide en el aspecto de que la mayoría de los fichajes estaban yendo a menos en sus respectivas carreras: «Dos descendieron con sus equipos, Manolo y Miguel Ángel; Luque llevaba prácticamente tres años sin jugar; Duda no estaba actuando en el Sevilla, Nacho tampoco jugaba en el Getafe y Lolo estaba en el segundo equipo del Sevilla. Sin embargo, las alineaciones se recitan ya como el padrenuestro».
Buen nivel físico
«Tapia empezó el trabajo por la defensa, y ahora está centrado en mejorar el ataque, ahí quizás nos falte un toquecito», opina Bruna, el más escéptico. «Además, ya que nos estamos centrando en el entrenador, este tiene otra virtud, que es que no asume el protagonismo él solo, recurre al consenso con todo su cuerpo técnico», añade Miguel Hilillo. «…Porque hay que ver cómo acaba el Málaga los partidos físicamente. Este equipo ha hecho lo que ninguno. Nos pone los huevos de corbata al principio y, después, en el segundo tiempo, coloca las cosas en su sitio: el 4-2 al Osasuna, el 4-0 al Espanyol, el 3-2 al Almería,…», recita Juan Cortés con su habitual expresividad.
La experiencia de todos ellos los lleva a pedir prudencia a los actuales gestores. Todos han disfrutado con el Málaga en diferentes etapas, pero también han sido demasiados los sinsabores. No hay que deshacer el proyecto, pero sin hipotecarse, vienen a decir. «El club ha de seguir con la mima gestión, siempre que no tenga que asumir más gasto en las fichas de lo que tenga previsto», se pronuncia Hilillo. Evidentemente, hay complicaciones. Recio apunta algunas: «La afición de Málaga es difícil de llevar y, luego, el deseo de todos los futbolistas es prosperar, y eso no se puede evitar». Y Juan Cortés describe otras: «Hay que equilibrar gastos e ingresos, pero el Málaga actual no tiene muchos de estos últimos y hay tres millones que pagar anuales de deuda. Luego, el Málaga tiene una base social excelente, pero numéricamente floja. En Sevilla hay el triple de socios. Y para la cantera es clave la ciudad deportiva», enumera, y concluye con una frase antológica: «En el Málaga el fútbol se toma según se va».
Sinfín de anécdotas
Hilillo, Bruna, Cortés, Recio y Jiménez podrían prolongar el debate horas y horas. Nuestros cinco protagonistas suman 366 años, la mayoría de ellos viendo partidos del Málaga. Y de ahí un sinfín de anécdotas. Quizás la mejor se oyó ayer, en torno al triste descenso de la temporada 1984-85. Málaga, Betis (que se medían entre sí) y Hércules, que visitaba el Bernabéu, luchaban en la última jornada por evitar la temida situación. Los encuentros, lógicamente, empezaban a la misma hora. «Pusimos a Fernando Peralta el mismo jersey que el rival para que el choque se retrasara. Hasta pactamos enredar con lo de las llaves del vestuario», recuerda Juan Cortés, que en aquel momento era gerente de la entidad. Lo que nadie esperaba era que el Hércules ganara. Aquel fue el mayor disgusto como seguidor para Francisco Recio, que dejó el estadio decepcionado. «Yo fui de los que salí y rompí el abono delante de Pérez-Gascón».