España ha encontrado en el deporte su mejor ventana al exterior, una pasarela que concita el interés en todos los rincones del globo y en la que se multiplican los éxitos. El último, la tercera Copa Davis, abrocha un año mágico, inolvidable, en el que España ha subrayado su abrumadora supremacía en deportes como el tenis y el ciclismo, se ha despojado del crónico pesimismo que arrastraba el fútbol y sus chicos brillan en plataformas tan exclusivistas como la NBA, cuya selección fue llevada al límite en la final olímpica. Y eso que Fernando Alonso está aparcado en Renault.
Final de la Copa Davis
FOTOS – EFE – 23-11-2008
Tercera Ensaladera. El equipo español posa con el trofeo que acredita su victoria.– EFE
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El valor de la gesta tenística en Mar del Plata trasciende el mero logro de la Ensaladera. El grupo de Emilio Sánchez Vicario fue capaz de sobreponerse a la baja del número uno mundial, Rafa Nadal, como en su día hizo la selección de baloncesto tras la lesión de Pau Gasol antes de la final mundialista de 2006. En el Tour 2008, Francia vetó a Alberto Contador y emergió Carlos Sastre, como Samuel Sánchez en Pekín. Evidencias de que España no sólo depende de sus primeras estrellas. Hoy también tiene una estupenda segunda línea.
En este país se ha graduado una generación de deportistas sin complejos. La mayoría tiene un gen competitivo que le distingue. Hasta los más inesperados, caso de Feliciano López, un tenista de aire indolente y conformista que despegó en Argentina, donde, con todo en contra, exhibió tanto talento como coraje para invertir el favoritismo de la albiceleste. Fernando Verdasco, tras un tormentoso y neurótico partido con José Acasuso, selló la victoria. España funcionó como un equipo, con Nadal sabia y discretamente alejado de unos focos que esta vez merecían sus compañeros. Pese al cisma federativo, con dirigentes, técnicos y jugadores enfrentados, el equipo acentuó su sentido gremial con todos en apoyo de todos en un deporte tan individualista como el tenis. Una hazaña que refuerza más si cabe el papel de España como potencia deportiva. Su sector más brillante. Un escaparate impagable, aunque algún despistado aún coma pan en el circo. Fuente; Diario El País