La señora María Dolores de Cospedal, recientemente, ha etiquetado como “nazis” a quienes les están molestando. Y parece que, en esta ocasión, se le ha entendido con claridad meridiana; atrás quedaron aquellas explicaciones relativas al finiquito “diferido”, y falacias por el estilo relativas a las sospechosas finanzas de su partido.
El colocar sobre alguien semejante calificativo (“nazi”) debe de ser bastante rentable ideológicamente desde el punto y hora que lo hace una de las mujeres mas importantes del país. Y, sobre todo, debe de ser eficaz; siquiera sea porque esta palabra lleva adosada mas de cincuenta millones de cadáveres.
El caso es que en este asunto de poner etiquetas todo es comenzar. Así alguien te pone el sambenito y otros u otras, con el tiempo, se encargarán de poner el palo, el cuchillo o la bala, ¿no les parece?
Antonio Caparrós Vida