Nos lo expliquen como les plazca, “los listos de la clase”, los excelentes sabihondos que saben muy bien, con sus caras de palo, astringentes y rijosos, explicando los vericuetos imposibles de digerir, tramposos y mentirosos, empeñados, por la buena cuenta de pingües réditos que les traiga a buen recaudo, entre que era imposible o posible la cuadratura del círculo, en un trágala hediendo e infumable para la ciudadanía, con una congelación más, vergonzante y mezquina, del salario mínimo, por 645 euros al mes, y agradecidos y serviles, como para afrontar cuanto se les presente para ir muriéndose de pena y miseria, mientras hace poco decían que no podían hacer nada con las eléctricas, como para que se les fuera de la mano el asunto, para quedarse tan panchos con una subida de la luz de “un 2,3% para el primer trimestre”, para el personal en general, con una desvergüenza inasumible e inaceptable, hasta el expolio más absoluto e imparable.
Vuélvanse como se vuelvan, como corderos modosos y relistos, pararrayos de la infamia que tan bien saben propagar, hasta que decidamos que no se pueda ni deba aguantar ni una más.
Porque el hambre y la miseria son fragrantes y reales como una bofetada, como la bofetada diaria e impune de quienes no cejan en servir a sus amos y dueños, como somatenes imparables, buscavidas inmorales tras las puertas giratorias de la buena vida que les aguarda, a estos guripas que saben argumentar lo inviable y lo indecente, por un 2,3% de sacrificio añadido, cuando ya un millón de compatriotas padecen la “pobreza energética” hasta la inanidad más asquerosa de quienes, en definitiva, ni saben, ni quieren defender a los más débiles y humildes de nuestros convecinos, españoles e inmigrantes, legales e ilegales, en sempiterna postración hacia lo indeseable, ante el expolio que nos va aniquilando lentamente.
Y con todo feliz día de los inocentes ¡en mala hora!
Madrid 28 – diciembre – 2.013