Considerada por muchos la mejor cantaora de soleares de todos los tiempos, sólo comparable a Mercedes la Sarneta, aunque de ésta no existen grabaciones, desarrolló su carrera artística junto a su hermana Bernarda. En 1957 formó parte del elenco del tablao Zambra y este mismo año consiguió el Premio Nacional de Flamenco de Córdoba, en soleares y bulerías. En 1962 inauguró el tablao madrileño Las Brujas, donde permaneció dos años. Más tarde viajó a Nueva York para actuar en el Pabellón Español de la Feria Mundial, y en 1967 entró en el tablao Villa Rosa. En 1986 volvió a triunfar en Nueva York formando parte del espectáculo 'Flamenco puro', junto a Farruco, Chocolate, Adela la Chaqueta, Manuela Carrasco, Juan y Pepe Habichuela y otros destacados artistas.
Fernanda de Utrera
En 1994 fue nombrada Hija Predilecta de Utrera y dos años después se le homenajeó en la ciudad francesa de Nimes. Años más tarde recibió la Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo, la Medalla de Oro de Bellas Artes y fue nombrada Hija Predilecta de Sevilla. Fernanda colaboró también en algunas películas sobre flamenco, concretamente en 'Duende y misterio del flamenco', de Edgar Neville, en 1952; 'La novicia rebelde', de Luis de Licia, en 1971 y 'Flamenco', de Carlos Saura, en 1995.
Artísticamente hablando, Fernanda de Utrera fue algo más que una buena cantaora. Fue el epicentro de la pasión gitana hecho cante. Su voz ronca y rota componía un estilo propio, único en el mundo del flamenco, y su gusto fue desgarrador, hallándose arremolinado en la gama de aquellos sonidos negros de los que hablara Manuel Torre.
Fuente:GONZALO ROJO find@diariosur.es