HACIA LA PRECARIEDAD

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“El precariado carece de la identidad basada en el trabajo, no tiene memoria social ni la sensación de pertenecer a una comunidad basada en prácticas estables, códigos éticos y normas de comportamiento, reciprocidad y fraternidad” .

                                                           “La solidaridad entre los precarios es débil pues no existe el lugar permanente de encuentro que constituía la fábrica o la oficina. La sensación del precario es de estar siendo constantemente maltratado”.

                                                           Mientras la agonía es progresiva y corremos a pasar desapercibidos, por si se olvidan de nosotros y no caemos en la desazón insuperable. Y aún somos capaces de aceptar que es mejor conformarse con poco que con nada.

                                                           “El precario carece de seguridad para emplearse, para mantener el empleo, para hacer carrera, no posee garantía ni seguridad en el puesto de trabajo.Sus ingresos son tan menguados que pierde la seguridad para acceder a una vivienda, a sanidad, a educación. Las perspectivas de jubilación son terroríficas”.

                                                           Y poco a poco va implantándose el sistema de empleo que solicitaron los empresarios, los especuladores, mientras los testaferros del poder corrieron a ofrecernos en bandeja, sin importarles nada ninguno de nosotros, acobardados, paralizados ante el poder que nos han hecho creer que no hay otra salida. . . y aceptamos sin rechistar.

                                                           Al oreo de los cantos triunfantes de los entusiastas que se congregaron en la Convención, en Valladolid, incluso muy a espaldas de la realidad que niegan, mintiendo a espuertas, avalando el futuro al que nos están obligando a aceptar, ahora que el miedo anda paralizándonos, en la precariedad que no nos da aliento, devastados ante un panorama desolador, sujetos al no futuro que poco a poco estamos dejando de tener.

                                                           En la precariedad instalada y creciente, hurtada la humanidad que el derecho al trabajo y a la dignidad en el trabajo es pisoteado a diario, al servicio de los poderosos. .  .mientras una sociedad entera está cayendo, muy a su pesar, en la destrucción de toda  perspectiva esperanzadora.

                                                           Torre del Mar  8 – febrero – 2.014