I M P U T A D A

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En el mejor o peor de los casos, según se mire, con todas las prevenciones y presunciones de inocencia aquilatada, en aras de la igualdad ante la justicia que nadie se cree, aunque de vez en cuando surja algún que otro jurista que se salga del tiesto, como para que vengan todos a recurrir los atentados a la buena fama de quienes, . . .¿igual? no pusieron mucho de su parte.

            Pero, en fin, ya se sabe que con las cosas de comer no se juega y menos cuando se trata de alturas inatacables, por la gracia y desparpajo de su desfachatez evidente, desde luego, en un inacabable proceso que no tendrá “acabose” para que cuando se vea para sentencia nadie recuerde muy bien de qué iba la cosa. . . amortiguada y sinsustancial, porque así son las cosas de palacio y tal y tal, como para que la infanta ande compungida o no tanto como para que haya suficientes palafreneros que ya corran en su auxilio.

            Para ejemplo dicen unos, para distracción sospechan otros, porque no le quedaba otra salida al buen juez abocado al vertedero que algunos niegan y el resto vislumbrábamos. Porque aquí nada es muy tan importante, según en que esferas, que si delito fiscal, que si blanqueo de dinero, con la astucia de los bien nacidos en cunas de satén y algodón, para que la carga del cargo caiga en los “pelaos” de costumbre, mientras que se calculan 80.000 millones de euros los que escamotean los “artistas” del birle y el choriceo de alcurnia.

            Y de momento imputada, con perdón de cuantos no llegamos a ser ni aludidos, y con todas las probabilidades de una excelsa defensa que deje la cosa en agua de borrajas, porque tampoco es bueno alterar demasiado la marca España”, echada a perder por quienes la cagan primero y luego corren a tapar el zurullo, negociando muy aprisa para que no quede ni rastro. Y si no ahí tenemos a la microempresa Sacyr diciendo que deja el tajo, que el costo ha subido 1.200 millones más, que no siguen, que la bolsa se hunde, que se sienta a la mesa con el gobierno panameño, que ya negocian y . .  .que todo se arreglará . .  .y ¡por qué no!. . .si todos los “paisas” de abajo somos tontos del culo . . . ¿por definición?, ¿por narices?, ¡por exclusión y eliminación inevitables?.

            Aunque a la postre nos ronde la sensación que “no va a pasar nada”, tras tanto alboroto, como si no fueran los ladrones “gente honrada”, de los de antaño, con una mano detrás y otra delante, mientras los chorizos de alto ringo rango aún están en el alero de la total e inasequible presunción de la inocencia más a marchamartillo, ¡o qué nos creíamos!

            Y eso que nos volvemos a quedar con las hojas de los rábanos, sin caer en la cuenta de la cantidad de corruptos, indecentes y lagartones, de lamé y de mucho glamour, mientras esquilmaban el patrimonio nacional . . . ante quienes tratábamos solo de sobrevivir.

            Y con todo y a pesar de todo el acoso justo y juriconsulto siempre tienen, estos perillanes, fondos inagotables para pagarse los mejores abogados, empeñados todos ellos, ahora que cada vez nos lo creemos menos, solo pugnan en “aclarar la verdad de los hechos”. . . ¡pobrecitos! . . .con sus verdades e inocencias a cuestas, aunque no se den por enterados.

            Imputada al cabo ¡la infanta doña Cristina!. . . y ¡qué viva la marca España!. . . a pesar de todos estos truhanes

            ¡Pues por eso!.     

Torre del Mar   9 – enero – 2.014