INAUGURACIÓN DE LA CALLE PINTOR DÁMASO RUANO

Dámaso Ruano, cosmopolita de la luz

Pocas personas adquieren la dimensión de artistas de excelencia a la vez que su humanidad se hace más honda; normalmente el artista se agranda a base de achicar su persona y dotarla de los rasgos egocéntricos y de las aureolas de la vanidad que casi siempre oscurecen el perfil humano de los grandes creadores. 

Dámaso Ruano es un artista genial y una gran persona, reúne esa rara doble condición y la aplica a un firme compromiso con su espacio y su tiempo con la misma vehemencia con la que pinta la belleza de sus mundos extraídos de su hondura interior. En el panorama actual del arte las clasificaciones no le encasillan, porque cuando se le atribuye un neo-figurativismo abstracto, o una plástica neo-matérica o una visión multi o bidimensional, Dámaso ya se está escapando por alguna senda inexplorada, en la que arranca a fuerza de visión e imaginación los mejor de una profunda elegancia que le acompaña en la selección de los asuntos que ele importan y en la jerarquía de los sueños que hace realidad.

Como paisajista contemporáneo, se podría decir que le "sobran los motivos" para dominar el cielo, la tierra y el mar, con una soberanía de la pintura y el color que prevalecen sobre todas las cosas, sobre todos los elementos y sobre todos los pigmentos, las paletas y los límites. Como abstracto geométrico, su desvelo por las formas limitadas o abiertas, desvanecidas o quites, fijas o móviles, acrecienta el misterio que entona sus cuadros en gamas siempre sorprendentes, siempre sobresaltadas en el lienzo por los planos de color y la densidad de la materia de las mezclas.

En algún rincón de Málaga y Fuengirola entre otros, ha dejado también sus huellas en arquitecturas y espacios nuestro artista más cosmopolita, lo ha materializado en pintura, conociendo como sólo lo hacen los verdaderos pintores la esencia del espacio y de la luz. Mucho mejor que algunos arquitectos, Dámaso Ruano entiende la textura de la luz que se difumina desde el reflejo cromático de la pintura. Conoce las claves, asimila los grados, determina los contornos y las fronteras…y luego se los salta, dando una vuelta de tuerca a su genial mirada; sorprendiendo al que quiere encasillar su obra en algún recinto o enmarcarla en una tendencia o encerrarla en algún museo. En la precisa delimitación de sus trabajos de líneas y planos siempre hay un rasgado que desvela el lienzo a la luz de otra interpretación, siempre abierta, siempre misteriosa. La obra de Dámaso, en colaboración con arquitectos de prestigio también muestra esas huellas indelebles en la tenue luz de edificios y espacios como el gran trabajo en el Ayuntamiento de Torremolinos con Salvador Moreno Peralta y Javier Boned Purkiss.

Cuando la materia se ilumina se vuelve espacio. En ese sentido, casi escultórico, la labor de Dámaso parece difuminarse también por su carácter humilde, cercano, muy lleno de esa profunda convicción en valores; valores importantes que hoy se tornan movedizos y líquidos en la mayoría de los artistas nacionales y más aún en los artistas del glamour y del mercado.