La nariz rota de su época de jugador de baloncesto y fútbol americano, su cabezota, sus enormes orejas y sus amenazantes cejas lo convirtieron en uno de los feos más populares del cine de Hollywood de los años cincuenta y sesenta. Mladen George Sekulovich, hijo de un padre serbio y de una madre checa, conocido artísticamente como Karl Malden, falleció ayer en su casa de Los Ángeles a los 97 años. Después de servir en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial, trabajó en el teatro y en algunos pequeños papeles de cine hasta que su genial interpretación de Mitch en Un tranvía llamado deseo -donde compartió cartel con Marlon Brando y Vivien Leigh- le hizo acreedor al Oscar al mejor actor de reparto en 1952.
La carrera de este actor, nacido en Gary (Indiana) en 1912, recibió un notable impulso a partir de aquel momento e intervino en títulos del mejor cine del Hollywood de aquel periodo como La ley del silencio (1954), donde repitió con Marlon Brando de compañero; Baby doll (1956), El hombre de Alcatraz (1962) o Patton (1970), película donde encarnó al general Omar Bradley, que fue asesor histórico del rodaje. A pesar de que su físico lo inclinaba casi por obligación hacia los personajes de malvado, Karl Malden intentó ofrecer una variada gama de personajes. Es más, el intérprete se atrevió a pasar al otro lado de la cámara y en 1957 dirigió Labios sellados, una estimable película.
A comienzos de los años setenta, la estrella del actor, que ya había entrado en la madurez, comenzaba su declive y Karl Malden se refugió en el teatro hasta que el productor Quinn Martin le brindó un papel que renovaría su fama y las posibilidades de mostrar su talento. A partir de 1972, Malden se convertirá en uno de los actores de televisión más populares al interpretar al teniente Mike Stone de Las calles de San Francisco. Concebida originalmente como una película para televisión, la cadena ABC decidió convertirla en una serie que alcanzó gran éxito.
Desde los años ochenta, Karl Malden abandonó poco a poco su trabajo como actor cinematográfico, si bien protagonizó alguna película para televisión como El secuestro del Achille Lauro, en 1989. En sus últimos años, la salud del nonagenario artista le impidió ya cualquier tipo de actividad pública. Su agente, Budd Moss, reveló ayer que Karl Malden había muerto durante el sueño. Un discreto mutis de un magnífico actor.
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