Sin que se hayan llevado tan mal rato con una corrupción sistémica que dejan pasar por si acaso de largo, una negación de rendición de cuentas de nuestros representantes, una claudicación del Estado del bienestar, con un poder en el gobierno y una oposición feble que saben que lo más importante es «sostenerse arriba», en el o a la sombra del poder. Aunque sea y exista un perfecto divorcio entre la clase dirigente y la dirigida. Por eso «La casta» protesta y expurga por si las pulgas van a hacer su agosto, frente a «Los Podemos» que van creciendo, tomados como anécdota peligrosa, sin que se hayan caído de bruces en el error, empezando por haber menospreciado un millón de votos de españoles. A la desesperada, de Goebbels a Mussolini y viceversa, sin acabar de aceptar la realidad de los nuevos tiempos, la reacción que no acaban de creerse de un pueblo español que ya no aguanta más, que ya no les aguanta más, incluso sobre la incertidumbre del nuevo desafío, porque necesitan diferenciarse de la deyección inadmisible de »una casta» política que sigue sin querer enterarse. Porque no es un problema «Podemos», si sí o si no, cuando el problema es que millones de españoles ya no quieren seguir aceptando la atonía de una clase dirigente, gobernante, por mucho que berreen los de «la casta» que no quieren ser «la casta». . .muy a su pesar. Y dale que dale, con el empecinamiento en mantenerse con los modos inaguantables, caducos, tal vez porque ya se está haciendo demasiado tarde para que sigan, los partidos en el pináculo de su ensimismamiento, mareando la perdiz de la desvergüenza y la desfachatez. Por mucho que «la casta» trate de defenderse del apelativo que no aceptan. Porque no es un problema de las fuerzas políticas emergentes. . .sino de la desesperación de los españoles que no aguantan ya tanta orfandad, precisamente, de « La Casta», exactamente de sus representantes públicos. Torre del Mar 11 agosto 2.014
L A C A S T A
- Publicación de la entrada:09/08/2014
- Categoría de la entrada:Opinión