Esto decía el escritor de adscripción franquista, con calle a su nombre en Madrid, naturalmente, en 1.931, describiendo a los votantes del Frente Popular: “Pasaban las masas ya revueltas; mujerzuelas feas, jorobadas, con lazos rojos en las greñas, niños anémicos y sucios, gitanos, cojos, negros de los cabarets, rizosos estudiantes, mal alimentados, obreros de mirada estúpida, poceros, maestritos amargados y biliosos. Toda la hez de los fracasos, los torpes, los enfermos, los feos; el mundo inferior y terrible removido por aquellas banderas siniestras”. . .
En la antesala y en la definición descarnada de la sociedad que no quieren, que no pueden, demonizada y culpable. . .simplemente por existir, . . . frente a esas “grandes y soñadas mayorías silenciosas”, que tanto son apreciadas por el poder omnímodo y soberbio.
George Orwell, en su obra “1.984”, también hacía decir a un personaje de su novela : “La ignorancia es la fuerza. ¿Sabes?, sé que este filete no existe- dice el traidor Cifra antes de vender a sus compañeros entregando los códigos de Zion a Mr. Smith- Sé que cuando me lo meto en la boca es Mátrix la que le está diciendo a mi cerebro: es bueno y delicioso. Después de nueve años, ¿sabes de qué me doy cuenta? : La ignorancia es la felicidad”.
Sin necesidad de recurrir a más circunloquios, en la línea del “panem et circus”, un día sí y otro también, frente a la chusma que osa rebelarse, protestar, negarse a aceptar la evidencia del estado de las cosas, tal y como nos la presentan a diario, artífices de la sociedad a su modo e intereses, frente a la descalificación más grosera y al desprecio más palmario del pueblo convertido. . . en chusma, por no aceptar que el escalafón marca la norma, y la norma el protocolo, y a partir del protocolo . . . la ley “ad hoc”, porque habrán de ser todas esas categorías legislativas requisitos insustituibles para poder ser admitidos en el reino de la sociedad . . .dominante . . . los parias excluidos, por mugrientos, sucios, sonoros y hasta ilustrados, cuando ya ni siquiera la biempensante sociedad dominante haya de esforzarse para entretener y confundir . . .a la chusma, ¡ya no es necesario!.
Mientras los inmigrantes mueren en su intento de asaltar los palacios de invierno de los poderosos, de acá, de los territorios civilizados, en decadencia moral irrefrenable y absoluta.
Aunque la riqueza abunde y no debería haber la escasez que predican, porque, sin embargo, está aquella tan mal repartida que es necesaria la sumisión y la servidumbre, frente a los nuevos amos, ante los dioses del dinero y el poder financiero, sujetos a la realidad de una chusma revoltosa y fácilmente pisoteada, bajo la tenaza de los somatenes del “dios dinero”, que todo lo puede, mientras desde las alcantarillas la mugre de los pobres y marginados huelen, miran, envidian . . . el oropel de los aristócratas del dinero y el poder, porque no hay otra verdad que preservar, tan bien guardados los adalides de los nuevos tiempos, en sus fortalezas vigiladas, defendidas por los esbirros que aplastan y aplastarán a la chusma en cuanto ésta remueva sus conciencias, aunque solo sea para exclamar : ¡No! y ¡basta!. . . porque eso no es posible, porque el único abrazo admitido será el que nos reclama ya la ignorancia, el silencio y la humillación que vamos asumiendo sin contrapartida.
Torre del mar 11. Febrero – 2.014