Ahora tú, luego yo, y viceversa, y en cualquier caso ambos tan fuertes como parecidos, sin hacerse sangre, en un cómodo paripé que les permita conservar el poder, el pesebre.
PP y PSOE, derecha e izquierda, tan estables, tan preocupadas estas fuerzas, en las antípodas ideológicas, tan aproximadas por puro interés amortizado, entre sí para llevarse bien, disimulando su enfrentamiento, "tan preocupados" con el, actualmente, panorama que les salpica, caídos en desgracia, como ahora sucede con el carajal en que se ha convertido el PSOE, para que, echándose una mano entre ellos, se "levante" cuanto antes y puedan colaborar los socialistas con los populares y viceversa, y la estabilidad se afiance, y nada corra peligro de descomponerse fuera del cuidado y patrocinio de la baronía pepera y sociata, invisibilizados los emergentes, por entrometidos. ¡mecachis!.
Desde el principio e incluso antes del desmoronamiento del régimen anterior al democrático, tras el deceso del dictador, para que nada ni nadie se desmandara más allá de lo planificado, porque había que moderar . . . ¡urgentemente!.
En aras del orden establecido, al ordeno y mando de los de siempre, recalificados como "demócratas de toda la vida", preocupados de que no se tambalearan sus puestos de posición honorable y autoritaria, mientras se daba "cancha" a los "nuevos demócratas", de nuevo cuño, también de toda la vida, revolucionarios antaño, venidos a la auto mesura de cuanto pudiera asustar al "establishment". ¡Por supuesto!.
Para asegurar que todo siguiera igual, en la evolución "controlada" de una izquierda dócil, domesticada, "sin acritud", con esa frase inapelable e irrepetible de "yo se lo voy a explicar y usted me lo va a entender" . . . ¡sin acritud!. . .dixit Felipe González
Y así creciendo y creciendo, con la salvaguarda de las sagradas familias del régimen no extinto, no condenado institucionalmente, no superado a pesar de todas las apariencias, pasando de "procuradores de la dictadura a demócratas de acendrada probidad" . . . ¡por amor a España!
En un ejercicio perfecto de hipócrita resolución del "Estado de la Nación" para dar esa impresión somera, superficial, de que todo iba muy bien, con el personal de poltrona y prosodia muy bien avenido.
Así lo afirmó Solchaga cuando proclamaba que "España era el país de Europa donde más rápido era posible hacerse rico".
Y como aseguró, años más tarde, cuando Rato tranquilizaba con aquello de que "en España no había burbuja inmobiliaria".
Y todos tan contentos, en posición de "prevengan" . . . jaleando el buen hacer de los padres y madres de . . . la patria.
Y ambos partidos en el principio y final del "cuento de nunca jamás", desde cuando Zapatero inició la "fiesta del declive" con el cambio constitucional, de la noche a la mañana, del artículo 155, para que nos enterásemos de que lo primero iba a ser "pagar el déficit exterior", esa deuda que habíase acumulado gracias a tanto ¿incompetente y desahogado gobernante?, por delante y sobretodo a costa del del bienestar de pies de barro, que ahora y en la última legislatura el PP ha sido recortado sin tregua.
Y por eso "se necesitan", porque son "colaboradores necesarios", el PP y el PSOE, para ir montando a toda prisa un tinglado que satisfaga y tranquilice a los "mandamases de siempre".
Y de la indignación de un pueblo devastado. Pues ¡aire y olvido!, ¡persecución y calumnia! . . . por adelantado, y eso que el PP aseguraba que "todo era una trama contra el PP", dixit Rajoy.
Y respecto a la corrupción, punto y aparte, pues no hay nada más aleccionador que la impunidad insistente, continuada, prolongada. A pesar del choriceo de alto rango cuyo mal olor ya se da por sobreseído. ¡Qué lástima y qué rabia!. Y la Gürtel, tras diez años, ¿quién se acuerda?, prescrita la factura que no habrá de pagarse, después de tanto descaro e indecencia, con un pueblo plegado a las mentiras y al robo estructural . . . ¡sin rechistar!.
Con la cobardía manifiesta de los responsables actuales del PSOE, tan levantiscos con domesticados por el "establishment", sin haberse atrevido actualmente a decir que . . . están locos por abstenerse . . .
Torre del Mar octubre – 2.016