La palabra es un arrullo de calma y dulzura infinitas, la palabra como un abrazo, la palabra de la mano acompañando el silencio y la curiosidad, la palabra en el regazo incontenible por dejarse descubrir susurrando. La palabra recóndita, la palabra exacta, la palabra rota como insulto, la palabra apaciguada, la palabra hechizada por dejarse reconocer, a tientas, la palabra como una burla nefanda, la palabra tras una soflama incendiaria, la palabra conciliadora como un beso, como el perdón que se hace perdona pidiendo perdón. La palabra y el valor de la palabra, recrecido y enarbolando el valor que no se rinde, el valor de la palabra que atina o se aproxima, como un saludo, desde la alegría de poderse reconocer, la palabra exacta, la palabra que se deja escuchar amable, concisa y rotunda, como una afirmación verdadera o aproximada. La palabra envalentonada por no callarse, por no dejar de callarse, por hacerse oír, la palabra necesaria, la palabra imprescindible, la palabra . . . en el principio de todas. . . las palabras que nos ayudarán a seguir confiando, a pesar de todo, en la palabra dada, en la palabra que acaricia el silencio hasta ensordecerlo Torre del Mar 2 – julio – 2.014
L A P A L A B R A
- Publicación de la entrada:11/07/2014
Etiquetas: Cultura