Porque qué es la patria. ¿La patria es donde se nace, donde se pace, es la patria el lugar de nuestros recuerdos infantiles, es la patria donde se labora, donde se sufre desigualdad, donde se calla y se obedece, donde se asume que así son las cosas. . .?. ¿Qué patria van buscando los hambrientos, los refugiados, los desheredados de todas las patrias . . .buscando un lugar para empezar de nuevo . . . muy lejos de sus patrias?.
La patria y sus soflamas, la patria y sus desfiles, la patria y sus fechas conmemorativas de . . . victorias o derrotas, la patria ordenada, ordenancista, protocolaria, pura norma, sujeta a la ley . . . ¿manoseada más veces de las deseadas?.
La patria con los patriotas, la patria contra los patriotas de otra patria. La patria de quienes no creen en las patrias, la patria sagrada, inviolable, única y unida, la patria contra toda escisión que persiga la creación de otra patria.
Por los artículos que obligarán a mantenerla intacta, inatacable. Incluso volviendo la realidad del revés. La patria para hacer política, la patria dando sentido de ser y de actuar a los adalides de la patria.
La patria y su ciudadanía, recortada, sacrificada, en el ara de cada patria, por el propio bien de cada patria decidida a ser alguien o algo en el corolario de las patrias que . . . lo han sido o lo serán.
La patria que permanecerá.
La patria amenazada en manos de sus dirigentes, por sus altos designios decididos a permanecer al frente de sus respectivas patrias.
La patria donde unos pocos retienen el 80% de la tarta y el resto a repartir entre quienes también son . . . patriotas, aunque a algunos no les lleguen ni las migajas.
Ayer jugó la Selección española de fútbol, el combinado nacional, formado por esforzados y habilidosos patriotas del balompié. Y ganaron y muchos se felicitaron, y el pabellón patrio del fútbol quedó alto, ¡muy alto!.
Y yo no comprendí algunas cosas. Porque mientras escuchaban el himno, los seleccionados de la patria España, pude contemplar cómo algunos de ellos habían sido “rechazados” por clubes nacionales, ¿por su escasa valía para competir en equipos compatriotas?. Y a fuer de que probablemente ande metiéndome en un jardín del que no entiendo mucho debo confesar que no entendí gran cosa el por qué de ese asunto.
Y es que claro uno que escucha tantas loas a las esencias patrias no acaba de comprender en virtud de qué admitida razón superior chirrían ciertos tratamientos a nuestros gladiadores del balompié, todos ellos muy millonarios, por cierto, que no han logrado triunfar en el seno de su patria, en la “primera liga del mundo”, tan nuestra, ¿tan de tantos compatriotas?, y han de ir ¿a ganarse las habichuelas? fuera de su amada patria aunque luego tengan el honor de defender “su pabellón y sus colores”. Lo uno por lo otro ¿o no?.
Y entretanto la patria que “ni se toca”, que aquí no decide ni dios que pretenda salirse del tiesto “patrio”, ¡por si las moscas!.
Y es que a veces yo creo que la patria es de chicle o de hormigón armado, según para qué. Torre del Mar septiembre – 2.015