La Atención Primaria esta que arde

Los médicos de Atención Primaria (AP) integrados en Basta Ya creemos que ha llegado el momento de evaluar la implicación y el cumplimiento del actual gobierno en los cambios urgentes que precisaba el sistema sanitario público andaluz, y concretamente en la AP, comprometidos repetidamente en la campaña y el programa electoral.

A priori, aunque el discurso parece seguir siendo el mismo, la realidad es otra y los hechos ponen de manifiesto que se está quedando en un mero discurso:

  1. El dimensionamiento adecuado de las plantillas era urgente en numerosos puntos de Andalucía, sin embargo, ni siquiera siendo imprescindible estando en pandemia se ha trabajado ni invertido en ello durante este año.
  • En una situación de carencia de profesionales, no se ha rediseñado el sistema sanitario para poder atender lo más importante sino para atender cuanto más mejor. Se sigue intentando ofrecer a la población citas infinitas con su médico de AP de forma prioritaria (y no con otros profesionales) con un tiempo adjudicado miserable, situación que además se ha traspuesto a la consulta telefónica.
  • La falta de previsión en la contratación de rastreadores y la decisión de cargar esta labor sobre los médicos sobretodo, y los enfermeros de la AP ha supuesto tal carga que los profesionales estamos estallando, cuando aún no nos habíamos recuperado de las terribles circunstancias que hemos padecido durante la primera oleada de la pandemia, también en la AP.
  • La organización de la citación de los centros gira en torno a Salud Responde, un call center y una aplicación informática, que mejora la comodidad en el acceso pero que prioriza esto sobre la capacidad de atender y de cómo se presta esa atención sanitaria, que es el fin último del sistema sanitario y su única razón de existir. La adjudicación de citas para el médico por este sistema nos impide priorizar y organizar adecuadamente nuestro trabajo, lo cual ahora es imprescindible. El actual sistema de citación es irracional y no sirve.
  • El resultado ya se está viendo: demoras intolerables para acceder al médico de AP sea cual sea la gravedad y la necesidad. Y cuando se da la atención se presta en numerosos centrosen unas condiciones infames de falta de tiempo, falta de apoyo por parte de otros profesionales y con un estrés sin findoblando cupos y con múltiples citas insertadas, un cáncer para nuestro trabajo y para nosotros.  
  • No se ha hecho un esfuerzo suficiente por explicar a la población cómo acceder a los servicios sanitarios. La población clama por la AP porque es lo único que realmente ha perdido la ciudadanía, los hospitales eran ya casi inaccesibles y lo siguen siendo, salvo las urgencias, que por ello en parte están a rebosar. Los pacientes, más perdidos que nunca, buscan a su médico de AP para que les dé soluciones a los problemas debidos a esta inaccesibilidad, sin saber que no está en nuestra mano resolverlos y que satura la AP en un momento en que hacer esto es un suicidio colectivo.

Es perentorio abrir cauces de comunicación entre los hospitales y la ciudadanía que les informen de por dónde va su cita o su prueba diagnóstica y comuniquen al hospital correspondiente las necesidades que detecten para resolverlas. ¿Por qué no usan Salud Responde para ello en vez de dar las citas del médico de AP?

  • La participación de los profesionales en el sistema ha quedado en buenas intenciones que no tienen reflejo en la realidad. El gobierno anterior nos ninguneaba y despreciaba sistemáticamente, en cambio ahora nos suelen recibir dentro del ámbito de la Sanidad (cuando eran oposición nos recibía el mismísimo Juanma Moreno), suelen dedicarnos buenas palabras y aceptar nuestra colaboración. Sin embargo, salvo en contadas ocasiones, siguen sin escuchar nuestras peticiones, y si las escuchan no se traducen en los necesarios cambios. Ni siquiera podemos decidir sobre nuestra propia agenda de trabajo.
  • Incluso empezamos a ver cómo los cambios se alejan de lo prometido cada vez másVolvemos a tener agendas de 40, 50, 80 y más pacientes para 7 horas, y ofertas para atender 35-40 más en otras 4 horas más.

Humillante, vergonzoso, canallesco…nos faltan adjetivos.

NO hay excusa para este trato.

Esto es un ejemplo de nuestra falta de participación en la gestión de la mayoría de los Distritos y Áreas, es obvio que jamás aceptaríamos esas agendas voluntariamente, también de la ausencia de democracia en los equipos.

No se ha dado cumplimiento a que los directores sean médicos elegidos por y entre los profesionales de los centros, que tengan que rendir cuentas de su liderazgo o de la falta de él ante los compañeros, que podamos elegir a los mejores. Una situación que está prolongando la ineficacia, la explotación y nos mantiene sumisos.

El nuevo gobierno, como el anterior, sigue optando por la cantidad en vez de por la calidad, por atender todo hasta los caprichos y las banalidades en vez de destinar los finitos recursos a resolver lo verdaderamente importante y que puede afectar a la salud y a la vida de las personas. Sigue dando respuesta a la parte de población que usa irracionalmente los servicios sanitarios frente  a la mayoría razonable que colabora y no alza la voz ante esta situación demencial, los que quieren otro tipo de atención, priorizada, razonable y humana. Así fue cómo perdieron el gobierno los anteriores, porque ignoraron a la mayoría silenciosa pero que gestiona la mayoría de los votos. No tiene razón el que más grita y tampoco su voto vale más.

Sentimos que dentro de este gobierno hay quienes están abandonado a la AP y a los profesionales de ella a su suerte, y por tanto, a la población a la que atendemos, que es prácticamente toda.

Los médicos de Basta Ya no vamos a permanecer callados. De hecho ahora mismo nos hayamos en proceso de decidir si retomamos las movilizaciones en el punto en que las dejamos con el anterior gobierno, para lo cual nuevamente recabaremos todos los apoyos que compartan nuestras premisas y que quieran acompañarnos.

Es URGENTE que el gobierno actual solucione los problemas de una AP insuficientemente presupuestada y sometida a una presión intolerable por la pandemia y por la pésima gestión realizada en su mayoría desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria.

¿Qué tal una Dirección General de Atención Primaria liderada por personas que realmente sepan lo que se traen entre manos? Sería una forma de darle el valor a la AP que necesita, siempre ahogada entre las candilejas de los Hospitales (que por cierto tienen dos subdirecciones completas para su gestión) y relegada a un último lugar.

Solucionar la AP es perentorio si queremos convivir con la pandemia y salvar y cuidar vidas al tiempo que a nuestra maltrecha economía.

Es IMPRESCINDIBLE hacerlo AHORA, no hay más tiempo.