La biblioteca que nunca llega

Londres, París, Berlín, Roma, Madrid… Las capitales europeas cuentan con grandes bibliotecas en el centro de la ciudad, donde la cultura y la ciudadanía se dan la mano. Pero también ciudades medianas, como Bilbao, cuentan con una buena biblioteca. Un ejemplo notable es la recientemente remodelada y ampliada Biblioteca Foral de Vizcaya, que ha convertido un edificio construido en el año 1900 en una joya arquitectónica que aúna modernidad, antigüedad y cultura.
Pero el acceso a la cultura no es sólo un privilegio de ciudades grandes. Pequeñas localidades de poco más de 20.000 habitantes, como Härnösand o Halmstad, en Suecia, tampoco se quedan atrás y poseen modernas bibliotecas provinciales donde se dan cita sus habitantes para coger libros, hacer uso de los servicios que ofrecen y para acudir a las muchas actividades culturales que se organizan.
Pero Málaga, que aspira a ser una ciudad cultural, no cuenta aún con una biblioteca en el centro histórico. El antiguo colegio de San Agustín, situado en la calle homónima, lleva 15 años esperando a ser convertido en Biblioteca Pública del Estado. El traslado de la institución a su sede definitiva pasa por el acuerdo entre el Gobierno, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga, que llevan más de quince años sin lograr acercar posturas sobre este necesario e importante proyecto.
Solo previsiones
La actuación ha contado desde 2006 con sus partidas en los presupuestos Generales del Estado, aunque la falta de consenso sobre cómo realizar la reforma lo mantuvo durante años paralizado. Los planes del Gobierno pasaban por reabrir el espacio en 2009, unas previsiones que se han topado con la falta de acuerdo entre las distintas administraciones. La institución lleva más de quince años en una sede «provisional» en la Avenida de Europa, tras el derrumbe de la Casa de la Cultura construida sobre los restos del teatro Romano.
Ahora que parece que los papeles están listos, no hay dinero. La actuación no ha conseguido asignación en los Presupuestos Generales del Estado para este año, aunque el delegado provincial de Cultura, Manuel García, afirma que «El grupo socialista en el Congreso está trabajando para que la biblioteca esté incluida en el presupuesto para 2012». Mientras tanto, el proyecto de una gran biblioteca para la ciudad sigue, un año más, paralizado.
Las bibliotecas municipales repartidas por los barrios de Málaga se quedan pequeñas para una ciudad que cuenta con cerca de 600.000 habitantes. La cultura gratuita tiene como máxima expresión a la biblioteca y la ciudad necesita una en el centro histórico. A pesar de su tradición editorial, Málaga ostenta el dudoso honor de ser la provincia española con menos librerías por habitante, con una cada 10.764, según un estudio de 2010 de la empresa 11811, teniendo en cuenta las provincias españolas con más de 100 establecimientos libreros.
Mientras los habitantes de media Europa disfrutan de buenas librerías y grandes bibliotecas, los malagueños y el antiguo colegio de San Agustín esperan pacientemente a que el Ayuntamiento, la Junta y el Estado decidan que ya es hora de ponerse de acuerdo para darle a Málaga el espacio cultural que merece
 
 
Diario Sur.