MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El sector de la construcción se acerca a la práctica inactividad en la ciudad. El año 2008 se cierra con unos datos escalofriantes en Málaga. Si durante 2007, cuando la crisis sólo se empezaba a barruntar, se iniciaron 1.810 viviendas nuevas, en el año que ha terminado sólo se pidieron licencias para 308.
La caída ha sido brutal en el comienzo de nuevas promociones, nada menos que de un 83% en apenas un año. Los datos de la Gerencia Municipal de Urbanismo no dejan lugar a dudas, la solicitud de licencias de obra nueva se ha hundido y, lo que es más significativo, sólo se piden permisos para pequeñas promociones o viviendas unifamiliares. Los grandes promotores han sido barridos del panorama constructor.
Un dato que puede explicar este cambio de tendencia lo aporta el concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, quien apunta que durante 2007 se tramitaron 121 licencias de obra, frente a las 80 del año pasado. Este descenso del 40% ya es llamativo por sí mismo, pero en 2007 cada licencia suponía la construcción de una media de 15 viviendas nuevas, frente a las 3,85 viviendas registradas de media durante el año pasado.
¿Qué está pasando? La explicación a que la caída en el número de viviendas iniciadas sea más acusada que en las licencias es bien sencilla. Ya no se tramitan peticiones para grandes promociones de más de un centenar de viviendas. "La crisis económica y financiera ha paralizado el sector inmobiliario, que apenas se mueve y ya no se inician obras de urbanizaciones con 200 ó 300 viviendas", reconoce Manuel Díaz, quien asegura que a Urbanismo sólo están llegando peticiones para licencia de obra destinadas a "promociones pequeñas de 8 ó 10 viviendas o unifamiliares".
La provincia. Hay varias razones que explican por qué se construye menos. El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP), José Prado, subraya que la falta de concesión de créditos por parte de los bancos y la paralización de los planes de ordenación tienen un efecto importante en que la actividad esté parada.
Sin embargo reconoce que se ha perdido el mercado. Hay mucha oferta y poca demanda, en especial por los no residentes. Como muestra, aporta datos que señalan cómo se ha pasado de las 12.400 viviendas vendidas en 2005, por un valor de 2.215 millones de euros a las 1.100 casas comercializadas durante el año pasado y apenas 243 millones de euros. La caída en las ventas ha sido de un 91,2% en apenas tres años.
Fuente: La Opinión de Málaga