Hace medio siglo, fiesteros de los arroyos Gálica y Jaboneros, La Mosca y Jarazmín se congregaban para tocar por estilo Montes. «Allí conoció a fiesteros como Miguel Piles, Rucho o Portales. Tanto le gustó que se convirtió en parada obligatoria», cuenta del pintor Manuel López, quien toca la guitarra y el violín en la panda de verdiales Arroyo Gálica, nacida oficialmente en diciembre de 2010, y de la que Eugenio Chicano, por esta vinculación verdialera con El Palo, se ha convertido en su padrino.
La panda, formada por unas 20 personas, comenzó a surgir en realidad un poco antes, en septiembre de 2009, con la escuela municipal de verdiales Gálica-Jaboneros, cuyas clases se imparten durante dos horas cada jueves en la asociación de vecinos del Palo, donde los alumnos reciben clases de cuerda, percusión, baile y cante.
Tantas han sido las ganas de los alumnos, «que desde que empezó hemos estado tocando como panda, aunque éramos una escuela y así hemos estado un año hasta que formalizaron los estatutos a finales de 2010», comenta Manuel.
Y si padrino ha sido Eugenio Chicano, los fiesteros del Palo, que ahora recogen el testigo de las pandas desaparecidas del barrio, no se olvidan de Agustín Jiménez, un hombre fundamental en la historia de la fiesta en Málaga, fallecido en noviembre de 2010 y que además de ayudar en todo a la panda, fue el encargado de redactar sus estatutos y de convertirse en su primer mayordomo, «el que estaba pendiente de que no nos faltaran fiestas y el encargado de todos los detalles», explica Manuel López, que señala que la viuda de Agustín, Mari Ángeles Pérez, es una alumna más del grupo.
Con este respaldo, no es extraño que la panda Arroyo Gálica, de estilo Montes, haya entrado con buen pie en el mundo de los verdiales tratando de recuperar tradiciones perdidas y de reforzar otras. Así, si muy popular en Málaga es la fiesta mayor de los verdiales el 28 de diciembre –en las cercanías del solsticio de invierno– la panda Arroyo Gálica celebra el solsticio de verano, la Noche de San Juan, con tres o cuatro pandas en la venta Cárdenas de los Montes. «Hay un gran fuego y se tocan verdiales y también se hacen bailes de maragatas y una cosa muy bonita: se juntan muchos troveros y cuando nos metemos dentro de la venta, la guitarra suena por soleá y empiezan a improvisar trovos», detalla Manuel.
La panda del Palo quiere también recuperar las fiestas en los kioscos del Camino de Olías, sobre todo por Navidad, sin olvidar las rifas, que ya practican: pujas con dinero con apuestas llenas de ingenio como que la panda sea capaz de tocar dentro de un autobús, o que el violinero, como le gusta decir a Manuel, toque el violín tumbado en el suelo. Retos que se estaban perdiendo.
La panda no se olvida tampoco de su actual mayordomo, Francis Rodríguez (Francis El Rubio), «él es el gran responsable de que toquemos como toquemos y hayamos avanzado tanto».
El juramento en la botella. En su primera participación en la fiesta mayor del 28 de diciembre (la panda forma parte de la Federación de Pandas de Verdiales), quedó en 6º lugar en estilo Montes. «Gente entendida se sorprendió muchísimo porque no esperaban que llevamos allí», cuenta Manuel.
Cuatro guitarras, cuatro platillos, violín y alcalde que podrán verse este sábado de Feria sobre las 13.30 en la calle Duque de la Victoria y en el bar de copas más antiguo de Málaga, El Trovador, cuyo propietario, José Antonio Larrosa, toca los platillos en la formación. Y para seguir con las tradiciones, el 25 de agosto los verdialeros enterrarán un pergamino en una botella de anís en el arroyo Gálica. Será el juramento de una panda que ha nacido para hacer disfrutar al público y engrandecer la fiesta