La posibilidad de que el edificio que el Ayuntamiento de Málaga quiere levantar en la esquina de los muelles 1 y 2 del Puerto de Málaga en colaboración con Unicaja tome forma es entendida como una “tomadura de pelo” para aquello ciudadanos consultados por EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com que en 2002 participaron en el foro civil que acordó mantener como está la rasante del paseo de La Farola. Tampoco los arquitectos creen que esta opción sea la más adecuada.
EL protocolo alcanzado en 2004 entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Málaga con el que se dio por terminado uno de los debates más encendidos de la ciudad supuso un triunfo ciudadano, que sustituía la idea de construir un edificio de multicines defendida por la empresa Chelverton y el alcalde Francisco de la Torre por el Palmeral de las Sorpresas. Asimismo, establecía unas condiciones muy estrictas para el inmueble que se ubicaría en esa esquina. El documento en cuestión concreta que el edificio a construir “sólo podrá levantar respecto a la rasante de La Farola un volumen de 300 metros cuadrados para acceso al mismo”.
DE ahí que las informaciones que alertan de que la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) está tramitando un proyecto alternativo con mucho más volumen y altura que el del protocolo acordado haya levantando la alarma entre las mismas voces que participaron en el debate de entonces. Entre ellas, la del profesor de Geografía de la Universidad de Málaga (UMA), Alfredo Rubio, quien no ha dudado en opinar sobre el tema. “Nuevamente desconocemos las razones por las cuales se avala esa elevación puesto que las argumentadas parecen un chiste o una tomadura de pelo a la ciudadanía. En todo caso, si tales modificaciones se produjeran conllevarán un nuevo proceso de información pública a través del que los ciudadanos podremos manifestar nuestras opiniones y opciones”, señala Rubio, y añade que no estamos “ante un simple cambio de volumetría: la posibilidad de un inmueble de 100 por 25 y unos dieciocho metros de altura significa la intrusión en el paisaje de un contenedor fuera de escala”.
POR su parte, el economista Francisco Puche reivindica “el derecho al paisaje para todos los ciudadanos, los que vienen por mar, para poder ver la ciudad y los que estamos en tierra, para ver el mar y no darle la espalda” al tiempo que se pregunta “¿quién respeta en este país las leyes? parece que nadie y menos la administración”.
EN esta misma línea crítica se han expresado el responsable del Plan Especial del Puerto de 1997, Alfonso Peralta, quien ha declarado al diario Málaga Hoy que la edificación "sería un paso atrás en la defensa del frente marítimo".
MÁS contundente se ha mostrado el arquitecto Salvador Moreno Peralta: “No sé a qué viene que se ponga en vertical ese edificio cuando en el Plan Especial se eliminaba cualquier impacto y se demostraba que cabía el uso cultural. Sería un destrozo en una de las esquinas más magníficas de la ciudad”.
Fuente: Revista El Observador