Las dudas sobre el uso que la Universidad de Málaga (UMA) dará a la segunda planta de la nueva Escuela de Español para Extranjeros empiezan a disiparse. La rectora Adelaida de la Calle señaló a este periódico que se baraja la «idea» de destinar este espacio al alojamiento de estudiantes foráneos que estén perfeccionando la lengua de Cervantes en el centro. «Por ahora sólo se trata de una posibilidad que tendría que pasar por la aprobación del Consejo de Gobierno de la universidad, pero en cualquier caso sería un proyecto a largo plazo debido a la situación económica que atravesamos», explicó la rectora tras el acto de presentación de los cursos de verano de la UMA. Ahora queda comprobar que el proyecto es viable y encontrar la financiación necesaria para impulsarlo.
Los cursos se trasladaron el pasado mes de abril desde su anterior sede en la Avenida de Andalucía hasta El Palo, donde la UMA disponía del edificio que albergaba hasta este curso la Facultad de Trabajo Social, que también estrenaba nueva ubicación en el campus de Teatinos el pasado mes de septiembre.
La escuela se ha mudado a las plantas sótano y primera del inmueble, pero dejaba vacías las dependencias de la segunda planta a la espera de que la universidad determinase su nuevo uso. En un primer momento, según pudo conocer este periódico, se pensó trasladar allí algunas oficinas administrativas de la universidad. Pero parece que la UMA perfila una nueva finalidad. No en vano, el edificio ya albergó en el pasado un colegio mayor.
Aspiraciones vecinales
Sin embargo, la iniciativa da al traste con las pretensiones vecinales, que exigían parte del bloque para uso ciudadano. «No vamos a desistir, creemos que este edificio en el centro de El Palo es el mejor emplazamiento para un centro social digno en una barriada que apenas dispone de equipamiento», indicaba Francisco Leal, de la asociación de vecinos de El Palo.
A pesar de las reticencias de algunos, la rectora Adelaida de la Calle indica que ha podido comprobar que los vecinos están «encantados» con la mudanza. «Ha dado de nuevo vida a la zona y también supone riqueza para los comerciantes de la barriada», señaló. Ahora, con la opción de crear una residencia, la universidad se sumaría a las decenas de familias malagueñas que ya han convertido el alojamiento de estudiantes extranjeros en El Palo un lucrativo negocio
Fuente:Diario Sur