MARINA FERNÁNDEZ Aunque en Andalucía se receta por principio activo desde hace más de diez años, desde hoy es obligatorio para el 100% de los casos y para el resto de España. A partir de esta mañana, los doctores prescribirán a sus pacientes medicamentos genéricos, lo que anulará el deseo de los enfermos que prefieran las marcas.
Hasta ayer, en numerosas comunidad autónomas los médicos escribían en la receta el nombre de la marca habitual del paciente o la que ellos creían más adecuada para su dolencia. Pero hoy la prescripción por principio activo llega a las consultas por la entrada en vigor de un decreto aprobado por el Gobierno en agosto para reducir las facturas de la sanidad pública.
Desde que la medida tomase fuerza el pasado verano, han sido numerosas las quejas del sector en toda Andalucía, y en Málaga se llegó incluso al desabastecimiento –por estar agotados los medicamentos de precio más bajo–.
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, Javier Tudela, señaló ayer a este periódico que ya apenas faltan genéricos gracias al esfuerzo «enorme» de los farmacéuticos, que anteponen la prestación sanitaria a los recursos económicos.
Y es que según Tudela, el sector está asfixiado. Asegura que de las 620 oficinas de farmacia que hay en la provincia, una docena se encuentra en concurso voluntario de acreedores. «Y más del 30% está refinanciando sus créditos». El presidente de los farmacéuticos de Málaga admite que hay cuentas que no salen y que más de 800 empleados han sido despedidos en el último año.
Javier Tudela dice que el ahorro para la administración es pequeño. «Llueve sobre mojado, han tomado cuatro medidas que nos afectan en el último año, y esto solo supone el 19% del gasto total del sistema de salud, hay que incidir en el 81% restante».
En este asunto coincide el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque. Cree que no es suficiente, y que lo que habría que hacer es tomar medidas globales.
Marco legal
A pesar de ello, admite que este asunto, que ya se llevaba a cabo en la comunidad, necesitaba de un marco legal, por lo que en este sentido lo ve positivo. «Se hacía al 80%, así que ahora será al 100%», dice. Reconoce que no está de más que los enfermos sean conscientes de los gastos que para Salud supone la dispensación de fármacos. «Todo lo que sea fomentar la transparencia está bien, aunque debería haber llevado pareja una campaña institucional de información a la sociedad», añade.
Sin embargo, asegura que la medida puede llevar a equívocos. «Nos preocupan los pacientes a los que se cambia su medicación habitual, sobre todo los más mayores».
Según Sánchez Luque, la apariencia del fármaco es importante. «Puede haber pacientes que la vean con una forma o color distinta y se mediquen doblemente, o que no la tomen porque crea que no es la suya».
Admite que existe un vacío legal en cuanto a aquellos pacientes que quieran consumir su marca habitual. Puede haber quien prefiera pagar su medicina de toda la vida, y quien plantee al farmacéutico pagar la diferencia entre el genérico y la marca. «Deberían haber dado libertad en este sentido, porque el sistema no asume el coste y así es decisión del usuario».
A pesar de ello, recuerda que en toda una década los ciudadanos se han acostumbrado a que sus doctores les prescriban por molécula. «De momento, el médico puede decidir qué principio es mejor para una enfermedad, hay comunidades en las que ya se está vigilando».
Por su parte, la Defensora del Paciente, Carmen Flores, cree que la administración está arriesgando. «Hay fármacos que no son iguales que otros, y ya tenemos reclamaciones de personas a las que los genéricos han sentado mal», dice. «Hemos pasado de que no hubiera ningún control, a esto, debería haber un término medio».
Fuente: La Opinión de Málaga