También nos han quedado por el camino urbanizaciones y magnas infraestructuras que son testigos de cómo crece la hierba, sin olvidar equipamientos que no sólo están a la cuarta pregunta sino que han dejado de equipar el entorno. Ocurre así con el antiguo centro de menores Grazalema, cedido por el Ayuntamiento a la Junta en 2001 y que cerró sus puertas en 2011. Se encuentra en la calle Villafuerte, en El Palo, pero no está precisamente en estado de revista. Hace dos años La Opinión recogió el malestar de los vecinos por este centro dejado a su suerte y que se asemejaba a la casa tomada por la vegetación de la novela Grandes Esperanzas de Dickens. En resumen, un poema, sólo que en vez de salir versos salían ratas, según denunciaban de los vecinos.
Dos años después esta sección se ha pasado por el ex-equipamiento y el follaje ecuatorial, por lo menos, ha desaparecido. Ya no existe la sensación de que en cualquier recoveco de este chalé abandonado va a aparecer el doctor Livingstone. La Junta reparó la valla por la que entraba todo quisque y ahora es complicado ejecutar el salto rociero. Además, la entrada que da a la calle Josefa del Río Peña exhibe una puerta con candado.
En cuanto al jardín exterior, hace dos años un rincón ignoto de Brasil, hoy sólo muestra hierbajos de un tamaño aceptable para la mente humana. En cuanto al chalé quedan restos de pintadas que parecen realizadas hace 40 años como «Vamos a pintar de pueblo las paredes grises de nuestro barrio», mientras que de un árbol cuelga una enigmática bolsa de plástico que no sabemos cuánto tiempo lleva ahí ni lo que contiene.
El jardín, por cierto, tiene una estupenda higuera que con la valla pocos aprovechan, como no seas los aprovechados.
Hace dos años el Ayuntamiento de Málaga envió una carta a Bienestar Social de la Junta para conocer el destino que dará a este centro abandonado. «Si no lo van a reformar que lo devuelvan porque cuantos más centros de menores haya en Málaga, mejor», contaba entonces el concejal de Derechos Sociales Francisco Pomares.
Haya vuelto el ex-equipamiento al Consistorio o permanezca en la Junta da lo mismo porque el resultado es el mismo: el chalecito permanece en el abandono mientras alguna asociación sueña con ocuparla algún día para darle utilidad. Ante todo paciencia