Así lo reconocen los bancos, las cajas de ahorro y el resto de establecimientos financieros de crédito agrupados en la Asociación Hipotecaria Española (AHE). La organización asegura que esos condicionantes «dejan fuera del mercado» a gran parte de quienes aspiran a su primer piso. El esfuerzo necesario para convertirse en propietario alcanza de media el 43,3% de la renta de los hogares. El nivel más alto en diez años y muy por encima de lo que los expertos consideran como el límite aconsejable.
El acceso a una primera vivienda se ha convertido en España en una quimera. Una encuesta realizada por la AHE entre sus asociados (que controlan el 80% de las hipotecas del país) revela que los compradores de primera vivienda supusieron el año pasado el 60% del total de adquirientes frente al 70% registrado en 2005. Ese retroceso significa que unas 100.000 personas menos, en su inmensa mayoría jóvenes, pudieron cumplir su sueño de independizarse.
Observatorio
Los datos del »Observatorio Joven de Vivienda» del Consejo de la Juventud de España son demoledores. El 56% de la población joven no dispone de un hogar propio. Tasa que se eleva al 87,4% entre los menores de 25 años. Si se tiene en cuenta que los expertos aseguran que una persona no debería nunca dedicar más del 30% de sus ingresos a la adquisición de su casa, los menores de 34 años lo tienen difícil, pues si quieren respetar ese límite sólo pueden aspirar de media a un »pisito» de 45 metros cuadrados. De hecho, los jóvenes que se lanzan a comprar se dejan en la operación un promedio del 66,4% de su salario, y hasta del 89% si pertenecen al grupo de entre 18 y 24 años.
El Banco de España también maneja datos reveladores sobre el nivel de esfuerzo que afrontan los hogares españoles que compran una casa. Según la Síntesis de Indicadores del órgano emisor, el desembolso durante el primer año representa el 43,3% de la renta bruta familiar. Incluso si se tienen en cuenta las deducciones fiscales a la compra de primera vivienda, el ratio se queda en el 34,9%, una vez más por encima de lo razonable.
En este escenario, el mercado no puede sino frenar. Muchas son las pruebas que evidencian esta tendencia. El año pasado se suscribieron en España poco más de un millón de hipotecas para viviendas, lo que supone un descenso interanual del 10%. El anuario de los registradores de la propiedad revela que el número de compra-ventas cayó un 7% respecto a 2005. Algo normal, si se tiene en cuenta que el euribor -referencia en nueve de cada diez operaciones- se disparó más de un punto. El indicador mantiene su vigor y ayer se situaba ya en el 4,40%, lejos del 3,3% de hace un año.
DIARIO SUR