Los colegios concertados »se comen» a los públicos en El Palo

El ajetreo que ha vivido esta semana el colegio de San Estanislao de Koska, en El Palo, ha sido muy diferente al de otros años. Allí es el primer año que la educación para niños de 3 años es concertada. Es decir, gratis. Y la avalancha de solicitudes que han recibido, 150, ha obligado a dejar fuera 50 pequeños. "Antes no pasaba esto, pero de repente todos quieren venir aquí", explica María Luisa, una de las madres que se había quedado sin plaza. A unos cuantos metros de allí, el colegio público Valle Inclán, tiene 20 plazas de sobra. Y a un kilómetro, los otros de titularidad pública de la zona -Jorge Guillén, Antonio Gutiérrez Mata y Miguel Hernández- apenas han tenido solicitudes. Entre todos no suman ni 40. Casi la cuarta parte de las que ha tenido sólo el San Estanislao.

En este privado, 24 niños han sido dirigidos al Valle Inclán. Los 20 primeros tendrán plaza (son las vacantes que allí hay) y los otros cuatro deberán buscar su hueco en el resto de centros. Pero nada de privados o concertados: ninguno tiene plaza ya para los más pequeños. Sólo hay 17 en el CEIP La Biznaga, cinco en el Jorge Guillén, 16 en el Miguel Hernández y una en el Antonio Gutiérrez Mata. Ninguna en San Estanislao, La Asunción, La Presentación, Sagrada Familia ICEX, León XIII ni el Platero. El séptimo en cuestión, el Ángeles Custodios, no dará clases el próximo año y sus estudiantes han tenido que irse a otros centros de la zona.

"El problema es que aquí todo el mundo elige la educación privada", explica el secretario del CEIP Miguel Hernández. Allí sólo han recibido ocho solicitudes para 3 años y la ratio del colegio en general es de unos 15 niños. Diez menos de lo habitual. El centro fue creado para las viviendas de la zona de Playa Virginia, "pero la población ya es vieja y apenas quedan niños", añade el docente. Tampoco hay muchos pequeños en los dos colegios de Carretera de Olías. El más lejano a la barriada, el Jorge Guillén, apenas recibió una decena de preinscripciones. "Todos los alumnos han entrado, aquí apenas hay problemas", afirmó uno de los profesores del centro. Tampoco los hay en el Antonio Gutiérrez Mata. "Aquí ni hemos tenido que hacer sorteo", afirma la secretaria del centro.

Ambos se nutren de la pedanía de Olías y de las viviendas humildes que limitan con el arroyo y la calle Algarrobo. En El Candado prefieren el Platero o el resto de privados, como todos en la zona, añade Francisco García, un vecino de la Carretera de Olías. "Pero no los prefieren solo porque den más servicios y ofrezcan más actividades extraescolares, sino también por la calidad de la educación", añade Eduardo Caro, responsable en Málaga de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa).