Durante 57 años, la cuarta planta del Fuller Building -entre la calle 57 y la Madison Avenue- fue el puente de mando de la travesía que emprendieron los principales artistas de la segunda mitad del siglo XX. Además, de su marchante, Pierre Matisse fue su consejero, su guía en América, su amigo y confesor, a veces su mejor cliente. Por eso al final de su vida atesoraba una impresionante colección de obras de todos ellos.
Tras su muerte en 1989, su viuda Maria-Gaetana von Spreti cedió una parte de estos fondos al Metropolitan Museum of Art de Nueva York y una selección de estas piezas es la que ahora se expone en el Museo Picasso Málaga (MPM).
Se trata de la primera vez que se exhibe en España esta colección, ya que hasta la fecha sólo había salido de Nueva York en 2005 para exponerse en la Fundación Mona Bismarck de París. Así, la muestra ofrece al público «un amplio panorama de estilos y formas de expresión: desde la línea sinuosa de Matisse, hasta la fría sensualidad de Balthus; desde la fantasía psicológica de Carrington y Delvaux, hasta el informalismo irónico de Dubuffet», como resumió ayer el director del MPM, Bernardo Laniado-Romero.
El genio en su contexto
Además, »La Colección de Pierre y Maria-Gaetana Matisse en The Metropolitan Museum of Art, Nueva York» cumple por primera vez un viejo deseo anunciado por el director del centro cuando tomó posesión de su cargo hace más de dos años: exhibir en el MPM las obras de los artistas contemporáneos al genio.
De este modo, el primer objetivo de la exposición consiste en «mostrar a Picasso en su contexto artístico», como adelantó ayer Laniado-Romero. Para ello se reúnen medio centenar de piezas firmadas por Balthus, Chagall, Dubuffet, Giacometti, Magritte o Miró; aunque el mayor protagonismo descansa sobre las obras de Henri Matisse, padre de Pierre, amigo de Picasso y autor de la mitad de las obras que componen la muestra.
Una segunda lectura de la muestra reivindica el papel de Pierre Matisse como promotor del arte europeo en el mercado americano, como un marchante que establecía con sus artistas una relación «de pintor a pintor», en palabras de la nuera de Picasso, Christine Ruiz-Picasso.
En este sentido, la principal promotora del MPM recordó ayer que Picasso contaba en su colección particular con obras de casi todos los artistas expuestos ahora en su museo. Christine Ruiz-Picasso añadió que las piezas llegaban a manos del malagueño «unas veces por intercambios con Matisse o Miró, o bien mediante compras a Balthus o Lam» y que, tras la muerte del genio, quedaron depositadas en el Museo Picasso de París.
Por último, el jefe del Departamento de Arte del Siglo XIX, Moderno y Contemporáneo, The Metropolitan Museum of Art, Gary Tinterow, argumentó que en esta muestra están presentes «algunas de las piezas más significativas» de toda la colección del museo neoyorkino.