El producto, llamado Exubera, está financiado por la Seguridad Social, a cuyo coste destinará 900 millones de euros al año.
El fármaco, que se dispensará con receta médica, es una insulina de acción rápida que se ofrece en polvo seco y se inhala por la boca unos diez minutos antes de las comidas. Una vez inhalada, la insulina pasa inmediatamente a los alveolos pulmonares y, seguidamente, llega al torrente sanguíneo.
El jefe del servicio de endocrinología del Hospital Regional Carlos Haya, Federico Soriguer, manifestó ayer a este periódico que hay que ser cautos con esta nueva alternativa, ya que «no es una panacea y no podrá aplicarse a todos los pacientes diabéticos». Soriguer recalcó que la insulina inhalada no acabará con la inyectada.
Dos indicaciones
El doctor Soriguer explicó que este nuevo tratamiento está indicado para pacientes diabéticos con fobia al pinchazo y para los que sufren alergia o lipodistrofia (se atrofia la zona subcutánea donde se pone la inyección). El jefe del servicio de endocrinología señaló que este sistema empezará a recetarse a los diabéticos tipo 1, que necesitan inyectarse insulina porque su organismo no la fabrica. Posteriormente, también se prescribirá a los que tienen diabetes tipo 2, caracterizada por un defecto en la utilización de la insulina. «Es un tratamiento muy caro y debemos ir poco a poco a la hora de recetarlo», dijo Soriguer.
Este especialista comentó que antes de mandarle a un paciente que inhale insulina es necesario practicarle una prueba funcional respiratoria para ver si tiene el flujo pulmonar adecuado. «Hay que ser prudentes, porque habrá pacientes que se beneficiarán de la insulina inhalada, pero no está indicada para otros», apostilló el doctor Soriguer.
Miedo al pinchazo
Otros especialistas en endocrinología destacaron que este tratamiento acabará con el miedo que a muchos diabéticos les produce pincharse todos los días. De todas formas, hay pinchazos que serán inevitables para los diabéticos tipo 1, porque la insulina inhalada es de acción rápida y esos pacientes también necesitan otra de acción lenta.
DIARIO SUR