Puede que originariamente se celebrasen los festejos en octubre, es el que aparece en la información más antigua que he podido contrastar, de 1915, y se dedicaban a la Patrona del barrio, la Virgen del Rosario.
Los festejos paleños ya pasan de centenarios, y aunque aún no he podido encontrar la fecha más o menos cercana a sus comienzos,en el Archivo Municipal, en el folio 84 del primer libro de Cabildo, se encuentra el siguiente acuerdo adoptado por la Corporación el 6 de abril de 1491, cuya transcripción dice:
“Acordó la Çibdad que en conmemoración de la Vitoria que Dios quiso dar al rey e a la reyna nuestros señores en ganar esta Çibdad de los moros infieles enemigos de nuestra santa fe católica que se haga una fiesta cada un año el día de Santa María de/ agosto…”
A través de este edicto podemos saber que las fiestas en Málaga dieron comienzo a partir de 1491 conmemorando la toma de la ciudad por los Reyes Católicos; en este primer año, además de ordenarse la celebración de misas de acción de gracias, en el festejo se incluía la corrida de cuatro toros, cuya carne era dada gratuitamente a los pobres.
En aquellas fechas todas las tierras del Valle de Miraflores, de las que El Palo formaba parte, habían sido distribuidas por los repartidores de los Reyes Católicos a sus nuevos propietarios, formando sus pocos habitantes un arrabal un tanto curioso, ya que en vez de estar cercano a los muros de la ciudad como era costumbre, el que pasando el tiemposería nuestro barrio, se encontraba a tres cuartos de legua de la urbe, aproximadamente 4 kms.
Por ser un lugar poco habitado, posiblemente no comenzasen a celebrarse festejos hasta que la población fuese más amplia, quizás sobre 1830, cuando unos trescientos y pocos habitantes vivían en esta parroquia, cantidad suficiente para desear, al menos una vez al año, tener algún día festivo dedicado a su Protectora.
Pero eso es solamente una suposición, y la historia se debe escribir con datos reales, por lo que al no haber podido, al menos de momento, encontrar información anterior a 1915 sobre los festejos del barrio, debo tomar este como referencia, sin hacer hipótesis,aunque manteniendo la creencia de no equivocarme al entender que se celebraban con anterioridad.
Si le apetece saber cómo se divertían los paleños hace más de cien años, podemos dar un salto en el tiempo e irnos a aquel mes de octubre en que el Presidente de la Junta de Festejos fue Rafael Roldán Berna y el secretario José Sánchez del Rosal, que en unión con los restantes componentes de la junta decidieron que los festejos se celebraran los días 2, 3, y 4, para los cuales, la Empresa Municipal de Tranvías puso un servicio especial desde Málaga capital hasta El Palo y viceversa, finalizando el servicio a las cuatro de la mañana, y manteniendo los precios ordinarios.
Las crónicas de la época resaltaron el entusiasmo que reinó en el vecindario con motivos de los festejos, que se iniciaron el sábado día dos con repique general de campanas a las doce de la mañana, acompañados con disparos de cohetes y palmas reales, para continuar a las cinco y media de la tarde con un desfile de Gigantes y Cabezudos precedido por la Banda Municipal.
A las ocho y media de la tarde se continuó la fiesta con velada y concierto, siendo los fuegos artificiales a las nueve.
A las siete de la mañana del domingo, la Banda Municipal recorrió las calles principales tocando diana, y a las once hubo servicio religioso en la parroquia de Ntra. Sra. de Las Angustias, que había sido especialmente engalanada con colgaduras, luces y plantas; siendo el R. P. Ricardo Rochal de la Compañía de Jesús, quien ofició la misa, acompañado de una orquesta dirigida por Federico Sánchez, que fue coreada por los Sres. Pino, Gutiérrez y Peña. Por la tarde se procesionó la imagen de Ntra. Señora del Rosario, cuyo paso abría la guardia municipal, seguida por su estandarte rodeado de faroles tras el cual iban los fieles con cirios.
Los alcaldes de la barriada señores Manzanares, Romero, Soler y Cañete, seguían a la imagen de la Patrona, que sobre el trono estaba rodeada de blandones y faroles. Presidieron la procesión el teniente de alcalde del distrito Sr. Pérez Souvirón, el concejal Sr. Benítez Gutiérrez, y el clero parroquial, cerrando la marcha la banda municipal, agente de vigilancia, y el inspector municipal Sr. Álvarez Blanco. El trayecto recorrido fue por las calles de Málaga, Real, Almería, Alfonso XIII, y San Andrés, quemándose al paso de la aclamada Patrona, cohetes y bengalas.
Ante la petición de algunos pescadores, la imagen fue llevada hasta orillas del mar, donde se verificó la ceremonia de la bendición de las aguas. Rito similar al que se hacía durante el periodo neolítico malagueño con la diosa libio-fenicia Noctiluca, que se veneraba en la cercana Cueva o Santuario del Higuerón.
Después, la noche se iluminaría con una lúcida velada de luz eléctrica, en la que la banda municipal tocó lo mejor de su repertorio. La organización de los festejos resultó tan brillante, que fueron felicitados el cura párroco de la barriada R. P. Rivera Valentín, y los mayordomos Francisco Martín Pinazo, Ramón Alcaide y Matías Rodríguez.
Los festejos en honor de la Virgen del Rosario finalizarían en el año 1935, siendo el presidente de la Junta de Festejos Sergio Yeste Muñoz y el secretario Antonio Rodríguez Mata, estando este año cuando por primera vez en el barrio se celebró la carrera de cenacheros.