Es verdad que Trump y sus secuaces han ganado y se han quedado con los morrales más grandes. Es verdad que Clinton y sus compinches han perdido pero aún quedan muchos morrales por repartir.
Y con las cosas de comer no se juega.
Por eso, y aduciendo razones de Estado, que sí, que habrá que creerles, ayer salieron Obama y Hillary a "tranquilizar al personal" y a animar a los perdedores a que invoquen la unidad, la grandeza, el sentido de Estado, aunque las lágrimas y la decepción, la amargura y la rabia sofoquen toda esperanza.
Por la exquisita equidistancia de quienes, desde la cabeza de las élites, aconsejan el conformismo, aunque la realidad sea muy otra. Mientras ya es presidente Trump y su banda, negacionista del cambio climático, del evolucionismo científico, de la igualdad y la libertad, de la solidaridad y la fraternidad . . . como para que no se llame al fascismo por su nombre.
Sin una sola autocrítica por quienes apostaron "por lo de siempre", por Clinton y los suyos, que no vieron la desesperación que impela la desigualdad.
Como para que ahora se invoque ¿la mansedumbre?.
Ayer decía Mayor Zaragoza que tal vez haya llegado el momento de "no aceptar lo inaceptable". Mientras las élites felicitan al nuevo emperador, y se llama a la ¿pasividad?. Aunque resulte que muchos poderosos y sus testaferros no querrán perder sus morrales de vista, su elevada posición, mientras crece la desigualdad y el abismo ya no nos permita divisar el fondo, el sumidero por el que millones y millones de seres humanos van abocando a la nada más invisible.
Es muy significativo que sólo el 51% de los estadounidenses acudió a votar. Es decir la mitad de la población parece haber ¿desconectado definitivamente?.
Y ¿España?. España ¿qué?. Al menos sus líderes clásicos, es decir los populares, los socialistas y los ciudadanistas, . . . aprovechando para atacar a Podemos, mezquinamente, cobardemente, intentando mezclar a Trump con Pablo Iglesias y viceversa, tentados a caer en el mismo error de Clinton y los suyos, por defender sus predios, privilegios y corralitos, contra ¿más de cinco millones de españoles? . . . que también saben y lo quisieron así votar y apostar por quienes lo hicieron.
Como para que vengan "los profesionales de la casta" a decirnos quienes son "los malos" para el sistema, el sistema inatacable, elitista, el sistema muy alejado de la rabia y la indignación.
Mientras nuestros políticos clásicos no pierden la ojeada al morral, mientras atacan a ¿los descamisados?, tan poco ortodoxos, tan poco domesticados.
Hoy decía alguien que "nuestro sistema tiene fatiga de materiales". Y como necios y como reconcomidos nuestros políticos obvian al nuevo presidente y han vuelto sus fauces rencorosas y sanguinolientas contra Podemos.
Avíados andamos si tenemos que aguardar a que se dé ticket de demócrata homologado a quienes "ellos", los estómagos agradecidos de siempre, nos indiquen.
Torre del Mar noviembre – 2.016