Los principales hospitales de la provincia instalan alarmas en las consultas tras las últimas agresiones

Un médico recibe a un paciente en una consulta de Urgencias del Hospital Clínico. El usuario no escucha lo que quiere y empieza a ponerse nervioso. Levanta la voz y hace aspavientos con las manos. Peligro. «En ese momento, con accionar el botón antipánico, el vigilante ya sabe que hay problemas», explica una portavoz del centro.

La creciente espiral de agresiones a personal sanitario o de seguridad ha sembrado la preocupación entre los responsables de los principales centros de la provincia. Los hospitales Clínico, Carlos Haya, Materno, Civil y Costa del Sol han optado por instalar alarmas en las consultas que permiten a los trabajadores alertar al departamento de seguridad ante una agresión o riesgo inminente.

Una supuesta agresión a una enfermera en Carlos Haya, una anciana con una costilla rota en una trifulca en una cafetería y una batalla campal en las urgencias del Clínico. Precisamente, este último hospital ha sido pionero entre los centros sanitarios de la capital. Hace tres meses que instalaron cincuenta botones antipánico -activan una señal de alarma que reciben los vigilantes- en todas las consultas de Urgencia y en otros puntos de máxima afluencia de público, como son los controles de enfermería o frente a la sala de espera.

Camuflados

La mayor parte de los pulsadores no están a la vista del público para evitar que vean al personal accionándolos y pueda añadir más tensión a la situación. «Están camuflados en muebles o cerca del baño, de manera que puedes ir a lavarte las manos y, con disimulo, darle el botón», apunta una portavoz del hospital, que invierte un millón de euros al año en seguridad.

Los cincuenta botones antipánico están conectados a una pantalla situada en la sala de recepción de Urgencias, que está controlada permanentemente por uno de los 29 vigilantes que trabajan en el Clínico. El mecanismo es sencillo. Si algún sanitario pulsa el timbre, se enciende una luz en el monitor que indica al guarda de seguridad el lugar exacto donde se está produciendo una situación de riesgo.

El complejo hospitalario Carlos Haya también ha empezado a colocar estos timbres en todos sus centros. Fuentes del centro sanitario informaron de que se están instalando 12 timbres antipánico en la unidad de agudos de salud mental del Hospital Civil y otros ocho en el Materno, en cada una de las consultas de pediatría. Todos estos entraran en funcionamiento a primeros de abril.

El proyecto también se extiende a la sala de Urgencias del Hospital Carlos Haya, aunque las fuentes no pudieron precisar cuántos timbres se van a instalar en estas dependencias. Como en el caso del Clínico, están conectados por televigilancia a la central de alarmas.

El sistema del hospital Costa del Sol es distinto. En este caso, el botón antipánico es una tecla del ordenador. El centro cuenta desde hace dos años con una aplicación informática que garantiza la seguridad de los profesionales al mantener en contacto directo a los médicos, enfermeros y auxiliares con los vigilantes, tan sólo a través de un »click».

Según explicaron desde el hospital comarcal, la alarma se activa pulsando la tecla F12 del terminal informático y está disponible tanto en el área de Urgencias como en las consultas externas y en hospitalización. Acto seguido, mediante un mensaje en la pantalla se pregunta al interlocutor si quiere confirmar la señal de alerta, para lo que tendrá que seleccionar la opción »Aceptar». El objetivo es evitar que se accione accidentalmente, dando lugar a falsas alarmas.

La comunicación, como en los casos anteriores, es directa. El departamento de seguridad recibe el aviso inmediatamente.