El epígrafe está tallado sobre mármol. Casi seguro, formaba parte de una de las tumbas del noble cementerio que se levantaba en Gibralfaro. Era la »maqbara Funtanalla» de Malaqa, la ciudad andalusí que durante ocho siglos ocupó el periodo histórico entre la Malaca fenicia y romana y la ciudad castellana.
Sin embargo, la evidencia cronológica de ochocientos años de civilización andalusí no ha logrado hasta hace poco la atención de los historiadores. O lo hizo durante un tiempo para desenterrar viejos temores. Ahora, para arrojar luz sobre el pasado árabe de la ciudad, la Universidad de Málaga ha organizado la exposición »Malaqa, entre Malaca y Málaga».
Un proyecto pedagógico que reúne más de un centenar de piezas, datadas entre los siglos VIII y XV. Una de las más destacadas es la lápida funeraria de Maryam, procedente, como la mayoría de los fondos, de la sección arqueológica del Museo de Málaga.
Desde la Aduana
Porque esa ha sido la segunda »excusa» para organizar la muestra. Lo explica la vicerrectora de Cultura de la UMA María Isabel Calero: «Queríamos aprovechar el »impasse» de las obras en la Aduana para dar a conocer los fondos del Museo de Málaga, para que, cuando abra, los malagueños sientan la curiosidad de visitarlo. Junto a esa motivación, queríamos conseguir que la Málaga andalusí se incorporase al pasado de la ciudad no como un periodo rechazable, sino como una época muy enriquecedora».
De este modo, »Malaqa» ofrece al espectador un buen número de piezas arqueológicas, fondos bibliográficos (procedentes del Archivo Histórico Provincial), así como documentos cedidos por el Ayuntamiento de la capital. En este último apartado, cabe destacar el »Libro de Repartimientos» (siglo XV), considerado el acta fundacional de la Málaga moderna.
Y los habitantes actuales de la ciudad podrán ver en el Rectorado (hasta el 27 de junio) cómo vivían sus antepasados. Una función didáctica que cumplen los paneles explicativos y, sobre todo, los múltiples utensilios cotidianos de aquella época que ahora, gracias a esta exposición, salen por un tiempo de los almacenes
Fuente: Diario Sur