. Parecía que el único sitio en España donde se cometían desmanes urbanístico era el litoral malagueño. Los hechos han demostrado que había más cuevas de Alí Babá. A nivel laboral, el paro ha bajado en unas seis mil personas y el aeropuerto se ha consolidado como el más importante de la península en los vuelos de bajo coste, una opción para viajar que gana adeptos por día. También se ha despejado la tenebrosa sombra de la paralización de las grandes obras de la provincia. Fomento ha decidido emplear parte de sus fondos extraordinarios en acelerar los trabajos en la segunda ronda, el acceso sur al aeropuerto, el tercer carril de la Ronda Este y el soterramiento de San Pedro. Sin duda, otra buena noticia que se une al plan de la Diputación para arreglar cien carreteras de la provincia. Así, este verano ha dado calor a la esperanza laboral de Málaga.
Luces y sombras
Pero no todo ha sido de color de rosa. La feria de Málaga ha tocado fondo. Es el momento de reflexionar sobre algunos aspectos. Hay que replantearse tener dos recintos durante la mañana y quizá sea el momento de concentrarlo todo en el Centro, que sin duda es el signo diferenciador de la fiesta malagueña. También hay que cuestionar si las peñas tienen que tener la mitad del espacio del recinto ferial, ya que la mayoría de sus casetas presentaban un aspecto desolador. ¿No sería más lógico que estuvieran agrupadas en varias pacerlas? Por último, en el apartado negativo, no se puede olvidar todo un clásico: las natas. Es difícil ir un día a la playa y no encontrarse tan significativo distintivo del litoral malagueño. No hay manera. ¡Qué potencia tendría la Costa del Sol si las aguas estuvieran tan limpias como los fondos para pagar el saneamiento!
Fuente:JAVIER RECIO