M E G A R R I C O S

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Sin que se nos caiga la cara de indignada vergüenza, con la servidumbre de quienes asumen el mensaje del gobierno. «Que eso es lo que hay». Mientras crece el abismo entre los megarricos y los megapobres. Entre los desalmados y los desamparados. En aras de los afortunados que se enriquecen y se han enriquecido, haciéndolo muy bien, con gran empeño y mayor pericia para rapiñar en la necesidad del resto. Mientras se ha aprobado una reforma laboral cruel y perversa, con un despido cuasi libre, con recortes inmisericordes en los servicio más básicos, en educación, sanidad, dependencia. . .una proporción mínima de la población española se ha ido enriqueciendo obscenamente, hasta el punto que para ese segmento de la población la crisis ha supuesto un plus de enriquecimiento imparable, creciente, sin límite, hasta el extremo de poder decirse que la crisis «ya ha sido superada , incluso bienvenida». Porque los megarricos son insaciables, aunque solo supongan el 1% de la población», y ahora por ejemplo han logrado que se privatice AENA, un 49%, precisamente ahora que tiene beneficios. En tanto el gobierno decide «reducir» las bajas de enfermedad. Mientras las ejecuciones hipotecarias aumentan y aumentan y los desahucios se suceden sin descanso. Con una población en la pobreza sin futuro, en el umbral de la desesperación implacable, simultáneamente al enriquecimiento de los megarricos que celebran «los malos tiempos» que tan bien les ha ido, celebrando que aún se puede seguir sacando tajada de las briznas que aún adornan la precariedad de los pobres, ¡pobres!. Sin que cada vez interese menos, por miedo a no poder soportar tan perversión y desigualdad, huyendo del horror y la antropofagia de nuestros «compatriotas» que no han perdido comba y se enriquecen y enriquecen . . . sin tasa, sin límite. . .sobrevolando la necesidad implorante de gran parte de la población sucumbida en el empleo en precario, por un sueldo de mierda, a la intemperie de los derechos humanos, sin que nada ni nadie se mueva. . .mientras los megarricos, felices como pascuas, cantan y claman ¡eureka!. . . porque les va de maravilla. Torre del Mar 22- junio – 2.014