Y por eso mismo no regateó jamás ni el sueldo, ni la cotización a la seguridad social, ni los derechos propios a los días de descanso, vacaciones. . .
Únicamente le daba vueltas, algo incómoda, al uso excesivo de “señora Leo por aquí, señora Leo por allá”, con lo que ella hubiera preferido conque simplemente le hubiera nombrado : Leo.
Esta lección me la dio mi madre sin estridencias, con elegante decencia y noble actitud, con el sacrificio propio incluido de una economía suficiente pero nada holgada como para haber tenido la tentación que jamás tuvo.
Así era mi madre, respetable y justa. Según ella lo aprendió en su casa. Yo tuve la oportunidad también de aprenderlo en mi casa y otros habrá que corroboren si asimilé o no la bella lección.
Hoy, como una noticia más, en el erial amoral de nuestro solar patrio, he podido leer que los señores de Urdangarín, el titular, don Iñaki, y la consorte del mismo, la señora infanta doña Cristina, chulearon a su asistenta sudamericana, como no, hace ya unos años, y de paso al pueblo español cotizante, legal y leal con sus compatriotas, y que trampearon cuanto pudieron con sus obligaciones fiscales al respecto, haciéndola cobrar primero sin contrato y más tarde obligándola a figurar como telefonista de una empresa adscrita al “listo” señor Urdangarín.
Ingeniería fiscal de altos vuelos, por lo visto, absoluta carencia de principios de muy baja estofa.
Como para que mi reacción ante tal noticia ha sido la de absoluto desprecio por tales representantes del latrocinio hispano, de muy alto standing, tanto como para provocar un asco inconmensurable, cuando tenían “la obligación moral” de haber dado ejemplo.
¡Valientes tipejos! Ellos y ellas, y todos cuantos van librándose del peso la ley y del menosprecio más implacable del pueblo español con su cara desvergüenza y su ausencia de valores morales, se pongan como se pongan . . . de mohínos.
Y por cierto ¿ellos también tuvieron oportunidad de aprender otros comportamientos en casa, . . .o no?.
Torre del Mar 9 – julio – 2.012