M I N U C I A S

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El caso es que la nueva consejera de Salud del gobierno autonómico valenciano ha dado la orden de que, sin más demora, se facilite, o se devuelva, la tarjeta sanitaria a 30.000 personas, seres humanos, inmigrantes ilegales . . . para devolverles, valga la insistente redundancia, desde este mismo momento. . . el derecho que nuestra Sanidad pública y universal les venga a amparar.

                                                Y puede ser que al final solo en el Reino de Valencia se facilitarán hasta 100.000 tarjetas sanitarias de pleno derecho a la asistencia sanitaria plena.

                                                Y uno  no puede por menos que congratularse con la aplicación del derecho humano y hasta “constitucional” . . . aunque aduzcan “dudosa rentabilidad” los señores y señoras del PP que tanto se escandalizan contra los desbarres de los demás, procedentes de los “radicales” peligrosos que avisan y alarman, mientras ellos, los próceres de “toda la vida” han ido saltándose a la torera de su falta absoluta de sensibilidad las tragedias chicas, las necesidades básicas de los desarrapados del mundo, por eso mismo, por ser parias “no invitados “a la pitanza a la que hocicaron su codicia tantos y tantos, para terminar muchos de ellos . . .al pesebre del Senado, mientras ahora están dispuestos “a regalar” por 10.000 euros un aeropuerto, cuando se ponían tan pejigueras, del ministro de Sanidad abajo, porque no se puede “¿regalar?” asistencia sanitaria de pleno derecho a las víctimas de ”los efectos llamadas”, de los desgraciados que solo vienen a nuestro ¿edén? por las migajas.  

                                                Mientras insisten los del PP que eso es solo oportunismo preelectoral, y es que son malos los malos radicales, ¡malditos sean!, por venir a remover los cimientos de un bipartidismo demasiado bien asentado.  

                                                Tal vez con la complicidad y la complacencia de una ciudadanía obscenamente insolidaria.

                                                Entretanto el senador, de Podemos, Ramón Espinar, ha renunciado a su sueldo y a su seguro como senador. . . y es abucheado por los senadores del PP, . . .¡¿por qué será?!.

 

                                                Madrid    julio – 2.015