Málaga necesita un repaso

Málaga está sucia y descuidada. Al menos eso es lo que piensan muchos ciudadanos. Sólo hay que echar un vistazo a las páginas de denuncias de los periódicos para comprobarlo. Aceras rotas, parques infantiles con graffitis, basura en las zonas verdes, pasos de peatones que casi no se ven en la calzada… Para los vecinos, la capital necesita un buen retoque. SUR hace un diagnóstico del estado de calles, jardines y zonas de esparcimiento.
La primera parada de la revisión a la ciudad realizada por SUR empieza por la conservación de señales de tráfico. El mal estado en el que se encuentran hace que, en algunas zonas, coger el coche sea bastante peligroso. Las señales horizontales, es decir, las que están en el suelo, se han borrado en muchas vías. Los pasos de peatones han desaparecido y los viandantes cruzan con miedo por si algún conductor despistado no se percata de que debe pisar el freno.
José Gordo, director del Área de Tráfico del Ayuntamiento, señala que el problema de los pasos de peatones que no se ven es culpa de la suciedad en la mayoría de las ocasiones. «La peor época del año es el verano, cuando el asfalto se recalienta por las altas temperaturas y las ruedas de los coches recogen parte del betún del alquitrán y se impregna en la pintura de los pasos de cebra», señala. A eso se suman los restos de caucho de las ruedas y la contaminación. «Nos llaman diciendo que repintemos los pasos, pero no podemos hacerlo sobre pintura sucia», indica.
Por eso, el Ayuntamiento estudia incorporar un nuevo servicio, una máquina que limpia la pintura y evita que, al repintar varias veces, se formen ondas en los pasos perjudiciales para el tráfico rodado. Pese a todo, en los últimos meses se han realizado 550 actuaciones para repintarlos y el gasto de la conservación de señales horizontales y verticales ha sido de 1,5 millones de euros en dos años.
Falta de limpieza
Pero lo que más molesta a los vecinos es la suciedad. Se quejan de las aceras ennegrecidas, de los malos olores de alcantarillado y basura, de los excrementos de los perros y de la acumulación de papeles, latas y botellas en distintos puntos.
Araceli González, concejala de Medio Ambiente, área de la que depende los Servicios de Limpieza Integral de Málaga (LIMASA), indica que Málaga es en general una ciudad limpia, lo que no quita que existan problemas puntuales de limpieza. «Este año esperamos incrementar los baldeos, que se redujeron por el decreto de sequía en 2008», señala.
Pese a todo, coincide con José Gordo en que la falta de precipitaciones tiene mucho que ver con el ambiente seco y desaseado de la ciudad. «Ahora han caído tres gotas y han limpiado los árboles, pero el polvo se ha quedado en las aceras; no podernos compararnos con otras ciudades del norte donde llueve a diario y que no necesitan apenas operativos porque el agua se lleva toda la suciedad», indica. La concejala añade que las obras del Metro también están generando muchas dificultades en la limpieza de las zonas por las que pasa, pero que los ciudadanos deben comprender que es algo temporal.
Pero si hay algo que lleva de cabeza a los equipos de limpieza y conservación municipales es el vandalismo y la conducta incívica de algunos habitantes. Así, desde las distintas áreas del Ayuntamiento implicadas, señalan que de poco sirve arreglar una señal vertical, pintar un muro lleno de graffitis o reponer bancos rotos si dentro de dos días van a aparecer deteriorados de nuevo. El departamento de Tráfico del Consistorio ha realizado 11.000 actuaciones en los últimos años sólo por vandalismo.
La concejala de Parques y Jardines, Teresa Porras, recuerda que la limpieza de cada graffiti cuesta al Ayuntamiento una media de entre 150 y 2.500 euros, lo que supone medio millón de euros de gasto anual a las arcas municipales. «Esto lo pagamos todos los ciudadanos y ese dinero podría emplearse en cosas mucho más útiles para los vecinos», explica Porras, que apunta que el presupuesto para el mantenimiento de zonas verdes, riego y desbroza de Málaga es de ocho millones de euros. «Pero seguro que si dejamos un parque limpio a las once de la mañana y volvemos a las ocho de la tarde, estará de nuevo asqueroso», señala.
Gestos incívicos
Lo mismo opina Araceli González. «La gente sigue tirando la basura a deshora, lo que genera malos olores, echan desperdicios al suelo cuando hay una papelera a dos metros, y luego dicen que no hacemos nuestro trabajo. El primer paso para tener una ciudad limpia es ser un poco más educados», dice.
Otro problema es el de las competencias en el mantenimiento. La conservación de muchos parques infantiles, por ejemplo, depende de entidades urbanísticas colaboradoras de conservación, es decir, de comunidades de propietarios. Lo mismo ocurre con las señales de tráfico. «En el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso y el paseo de Reding, por ejemplo, el buen estado de la calzada corresponde a Costas, no al Ayuntamiento», asevera José Gordo.
A pesar de todo, los arreglos se hacen con mayor celeridad gracias al programa Gecor, que centraliza las denuncias que llegan a través del teléfono 010 y la web www.malaga.eu, así como las notas que se envían desde los distritos y la propia Policía Local. En el año 2008, se gestionaron 29.174 asuntos, de los que dos mil fueron por quejas vecinales
Fuente: Diario Sur