El reconocimiento a este malagueño nacido en Marbella se debe en parte a sus ideales comunistas. A sus 87 años es militante de la agrupación comunista Andrés Rodríguez, colectivo que él mismo fundó en Carranque durante la Transición. Pero estos ideales le rondaban la cabeza desde muchos años atrás. Antes incluso de la Guerra Civil, etapa durante la que ejerció su lucha en la clandestinidad. Pese a todo fue encarcelado en tres ocasiones por la constante represión policial.
En el mismo día que celebraba su cumpleaños -nació el 19 de febrero de 1920- recordó que comenzó a luchar por los derechos de las personas con apenas 15 años. Trabajaba en las obras para canalizar el agua entre El Higuerón (Benalmádena) y Los Boliches (Fuengirola) cuando tuvo un problema con sus superiores «que eran unos caciques». En ese momento se puso en contacto con su delegado sindical que convocó una huelga para defender sus intereses. «Al ver que tantas personas se pararon por alguien como yo, pensé que debía trabajar por todos ellos».
Poco después ingresó en las Juventudes Comunistas y al iniciarse la Guerra Civil intentó alistarse en las Compañías Milicianas, pero no se lo permitieron por su juventud. Y tuvo que huir. Cuando los «fascistas entraron en la ciudad» tomó con su familia la carretera de Almería. Pero antes de llegar a Granada se toparon con la división italiana y tuvieron que dar la vuelta. A su regreso comenzó a luchar «contra el franquismo en la más absoluta clandestinidad y con el temor de ver a las personas que cayeron durante esos años».
Recuerdos para todos
Por ello, durante su breve intervención en el pleno quiso recordar a todas las personas que cayeron durate esa época al tiempo que anunció que seguirá luchando «aunque sea en el campo de las letras para que las generaciones venideras sepan lo que Málaga pasó con el fascismo».
Durante la imposición de la medalla le acompañó Cristina, su única hija, que ha sido la única persona que le hizo abandonar durante un tiempo la actividad política. Fue en 1971, cuando salió por tercera vez de la cárcel. Su hija era muy pequeña y decidió darse un respiro «para cuidar a la familia y conseguir un poco de dinero para seguir adelante». Pero ese parón duró muy poco: «Necesitaba seguir luchando por las libertades de los demás».
Por todo ello, Diego Maldonado, juez instructor del expediente que ha culminado en la concesión del título, dijo que el Ayuntamiento reconoce a Cristóbal Criado «por su espíritu de lucha por los valores democráticos» ya que es «un ejemplo de quien ha entregado toda su vida a la justicia». Por su parte, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, anunció que era intención de toda la corporación municipal «extender el reconocimiento a muchos compañeros de trabajo y de riesgo en una España carente de libertades».