Hace cuatro años, en Dubai, Mireia Belmonte ganó la prueba. Hoy, en Doha, se daba por satisfecha si se clasificaba para la final. Ganar una medalla hubiera sido la repanocha. La clasificación final de tiempos, la sitúa décima, a tres centésimas de la octava y por tanto de las finalistas, deja a Mireia Belmonte sin esta guinda, pero con un pastel descomunal de nata, chocolate y fresas.
Es su mejor actuación en un Mundial de piscina de 25 metros gracias a sus victorias en el 200 mariposa, el 400 estilos, el 400 y el 800 libre. Sin olvidar sus plusmarcas mundiales en el 200 mariposa y el 400 estilos. Para hacerse una idea, hace cuatro años, en Dubai, consiguió tres oros (200 mariposa, 200 y 400 estilos) y una plata (800 libre).
Ha superado sus propios registros, ha vuelto a reescribir la historia. Vino con seis comodines en su baraja a esta competición, se marcha con cuatro de ellos intactos y dos en el suelo, el 100 libre y el 200 estilos. Los cuatro que vuelven con ella a Barcelona, son de oro. Cuatro oros en cuatro días de fiesta mayor, de jolgorio supremo. Tremenda gesta que la convierte en una de las estrellas de este campeonato por méritos propios.
El último escalón del año de Mireia Belmonte será el campeonato de España en piscina corta a celebrar la próxima semana en Sabadell. Luego, un pequeño descanso y a iniciar un nuevo ciclo de preparación. Volverán los madrugones, las sesiones de ocho a diez horas entre la mañana y la tarde. La piscina, el gimnasio. Horas y horas de esfuerzo para superar sus marcas. Para conocer esos límites insospechados que quiere descifrar.