¿Moción qué moción?

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Y mira que los peperos se dieron prisa para convocar la celebración de la moción, por si solo era un farol, para pillarlos sin programa de gobierno, sin coaliciones preestablecidas, aunque luego vendan los del «centro derecha», los del Pp y los C´s que el resto andan en tratos y pactos inconfesables.
Sin que osaran caer en la razón de la moción, la verdadera y la urgente, la necesidad de airear la vida pública, librarla de facinerosos profesionales, por mucho que se disimularan de próceres institucionales, porque el aire era ya irrespirable, y ellos seguían sin entenderlo, o sin quererlo aceptar, porque con ellos no iba, porque «los judas y los traidores» eran los otros, porque su cortijo era España y los desmanes se suponían amortizados.
Sin que ningún representante en el Congreso valga más que otro, porque la ciudadanía ejerce su libertad de voto, tan respetable, sin que haya necesidad, ni siquiera la desfachatez de apelar, descaradamente, por ejemplo a la moción «Frankenstein», cuando «Frankenstein era el científico no el monstruo.
Porque cuando solo se trata de meter iniquidad es fácil no corregir las aseveraciones … incendiarias.
Porque  lo que se expresó el otro día en el Congreso fue la necesidad de, más de un millón de ciudadanos, de echar a Rajoy y a su partido del poder, políticamente, incluso drásticamente, incluso frente a las expectativas de un abismo que puede hacer más atractivo, más desafiante el paso hacia la utopía, o como poco hacia una realidad más social e igualitaria, más libre y también más democrática, en virtud del diálogo y la negociación, el respeto y la comprensión, porque precisamente ese debe ser el reto, entenderse entre distintos, incluso aunque la discrepancia pueda parecer inaceptable, sin dejar de atender a los más desfavorecidos y vulnerables.
Por mucho que el discurso del PP haya sido tan huero y mentiroso, cuando la desigualdad se ha convertido en la credencial de su forma de hacer política, tal vez porque venga en su ADN esa soberbia mentirosa porque llegasen a creer que «ellos lo valían».
Con un C´s empeñado y crecido porque creen que van a recoger la cosecha desechada del PP, porque se apresuran en presentarse como «el centro derecha», convencidos en que la ciudadanía vuelva a caer en el mismo error, ¿por inercia, por conformidad y resignación, por conservar su prevalencia, creyéndose casi nada en medio de la nada más absoluta?
Y por eso mismo será necesario intentar gobernar, corregir, presentar otro modelo social, otras prioridades, más humanas, más solidarias, más fraternales.
Porque gran parte de la sociedad española necesita confiar ya en un futuro limpio y, por qué no insistir en ello, de izquierdas.
Porque es mucho lo que se juega la ciudadanía española, porque es tanto lo que han ido esquilmando como para que, a pesar de todo, aún quede esperanza