Sobre un coro de voces sugerentes que nos transportan a la música litúrgica, intermitentes acompañamientos de percusión y algunos samplers, Enrique canta el poema íntegro incidiendo en el carácter repetitivo de la obra: el bucle poético de las cinco de la tarde se convierte en bucle musical con una melodía que se desarrolla sobre un mismo esquema.
Según explicó Morente durante el acto de presentación, este poema tiene un fuerte sentido para él ya que “es una premonición de toda la tragedia nacional que vino después, como lo fue el Gernika”. “Federico presiente la hecatombe nacional después de la invasión fascista en España y la Guerra Civil”, añadió.
Con esta composición, Enrique Morente profundiza en un sendero comenzado décadas atrás. El cantaor fue pionero por adaptar a la música flamenca poesía culta creando para cada poema una melodía propia y específica. En su dilatada trayectoria ha trabajado con textos de gran cantidad de autores que van desde Miguel Hernández hasta Fray Luis de León pasando por Alberti, los Machado, Bergamín y un largo etcétera.
Y de ellos, sin duda, ha sido Lorca quien más le ha marcado, sobre el que más ha trabajado. Doña Rosita, Yerma, Poema del Cante Jondo, Así que pasen cinco años y Poeta en Nueva York han supuesto fértiles experiencias para el cantaor. Tanto, que no ha dudado en volver sobre su escritor preferido (y el preferido de todo el famenco, por cierto) en esta bella composición recién presentada.
Ernesto Novales