Y ya se está trabajando, sin duda, desde los mamporreros de los amos que ya han empezado a calcular cómo se podrá fagocitar, antes que tarde, el nuevo panorama.
Y ya se debe estar trabajando por “atender” perfectamente a la ciudadanía, al pueblo soberano, a la calle, a la gente desde la máxima que se escuchó ayer en Madrid y ya se venía escuchando clamorosamente. . .y es que “Ayer regresó la decencia”. Porque ese es el mensaje, esa es la obligación, esa es la urgencia, esa es la necesidad, porque es lo que se clama y se exige, la decencia, la perentoria estrategia de devolver lo perdido, lo devastado, y antes que tarde, porque la desigualdad sangrante no puede seguir ahondando sobre más del 25% de la población, contra la corrupción y la prepotencia, sobre políticas de recortes malditos, sobre derechos que deberían haber sido innegociables, y me estoy refiriendo principalmente a la educación y a la sanidad públicas.
Y se erige, se impone a su vez una “marea” que ha de marcarnos la brújula a seguir, el rumbo a tomar, sin apelaciones a liderazgos falsos y fatuos porque por encima de todo ha de situarse la “unidad popular”, desde plataformas, asociaciones, compromisos. . . comandados por la unidad popular de un porcentaje muy sobresaliente de la responsabilidad de quienes hasta ayer solo éramos “los títeres a engañar y esquilmar”.
Y por todo ello, de nuevo y una vez más , “el camino” que evocó el poeta, para “hacer el camino andando”, por nuestra propia autoestima inevitable e inaplazable porque . . .”el paisaje después de la batalla” aún ofrece demasiados compatriotas caídos en la precariedad más insoportable, más injusta, más necesaria d eser superada. . .¡YA!
Y es que de nuevo habrá que recordar que “se hace camino al andar”.
Torre del Mar mayo – 2.015
