En la mar que es la nada, la nada que es la tradición vestida de alhajas, peinetas y cruces de cofrades, a los pies del Jesús del madero que sigue sin haber conseguido. . .desenclavarse.
Me contaba un amigo sevillano que, un día grande de Semana Santa, un guiri con quien asistía a la procesión de ringo y rango, precisamente cuando pasaba el trono o paso, en el que se representaba la escena en la que Poncio Pilatos se lavaba las manos ante el clamor por la condena populachera al Nazareno, tuvo a bien preguntarle. . .que quién era ese señor. . .tan aseado.
Y el sevillano como un resorte tuvo a bien contestarle: Que el señor de túnica y aplicación aseadora era un “malage” que por poco les deja sin Semana Santa.
Y es que esa manifestación tan tradicional, tan popular, tan sentida, tan llevada y bailada con ritmo, gracia y pomposa solemnidad. . . era sencillamente intocable.
Y entonces va la lideresa de Podemos en Sevilla y “abre la puerta a una posible consulta a la ciudadanía sobre la Semana Santa sevillana”. . . y ¡se ha armao el Belén!, aunque no corresponda la fecha, y la buena de Begoña Gutiérrez ha retrotraído la metedura de pata como si no hubiera querido decir lo que se le ocurrió pensar. . .
Porque, ipso facto, tanto el Zoído como la Díaz de turno y mando en plaza sevillana y andaluza, ¡y olé!, han sacado a todo correr la artillería pesada, en aras de la tradición intangible, intocable, inatacable de la Semana Santa sevillana, ¡en buena hora!, para al menos unos 300.000 lugareños de la capital hispalense que ya sueñan con jalear a sus santos cristos y a sus amadas madonas con la reverencia que creen merecer.
Y que el negocio funcione y que corra “la pela” que eso, al cabo, dinamiza mucho la felicidad de los pobrecillos que celebrarán el domingo de Resurrección si les ha ido bien, ¡cómo no!, la santa celebración del Cristo crucificado, el de la saeta. . .por desenclavar.
Torre del Mar enero – 2.015