N O C H E D E R E Y E S

De cuando éramos quienes

            imaginábamos, tras los escaparates

            pegaditos a nuestras ilusiones

            consentidas, regateando

            cuanto pudieran llegar a traernos

            los Reyes Magos, tan abrigaditos,

            sin poder dormirnos, de entonces

            de cuando soñábamos. . .

 

 

que ya habrían llegado, emocionados,

cuando creíamos que les habíamos escuchado,

tal vez, tomándose un respiro, los Reyes Magos,

antes de reanudar la magia por hacérnosla llegar

. . . al salón de nuestras infancias,

tan felices, tan inocentes,

cuando nada era imposible,

cuando nos conformábamos con tan poco,

cuando solo eran los nervios los que acababan. . .

por adormilarnos. . . en una noche de reyes magos

que no nos defrauda nunca.

 

                                   Torre del Mar 5 – enero – 2.015