Y tampoco «compartimos su indignación» con quienes tan felices vivían rodeados de los fulleros más desahogados de nuestro sufrido país, habiéndolos nombrado, a pesar de todas las alarmas y evidencias, como para darse ahora caídos de un guindo, para que incluso pretendan nuestra comprensión, mientras siguen amarrados a sus puestos, privilegios y cargos, a pesar de que insisten de que ¿«asumen las responsabilidades»? y es mentira, y nosotros sabemos que mienten, y somos nosotros quienes estamos hartos de sus mentiras, de sus imposturas y desfachateces inaguantables, dolosas, mezquinas y viles, por muy que se pongan en cuestión de . . .»pedir disculpas».
Por eso que no es la cuestión que se presenten, Rajoy y sus secuaces a «dar explicaciones» en el Parlamento. ¡Naturalmente que en cualquier país homologado a una democracia presentable eso hubiera sido de recibo, por supuesto, como que ya la ministra de Sanidad y el consejero de Sanidad de Madrid hubieran sido dimitidos, por supuesto!. . .Pero es ahora nosotros quienes nos debemos caer del guindo. . .si resulta que aún mantenemos la mínima esperanza de regeneración moral nacida del partido en el poder.
Porque si es así es que aún seguimos en el guindo. Y es que resulta bochornoso el espectáculo de unos políticos «siguiendo el guión», solicitando comparecencias, explicaciones, rendición de cuentas. . .cuando resulta que han sobrepasado los límites de ¡nuestro aguante!, como para que también se den por hartos. . .los comparsas o no del juego parlamentario del resto de los partidos que, por favor, se han de ir enterando que ya ¡no nos engañan y que no nos da la gana seguir aguantándoles!.
Por lo tanto tal vez sea preciso dar por periclitada la caradura institucional de nuestros gobernantes, y empezar a afear su conducta incompetente o torticera, según, porque son ellos los que tienen y tendrán que dar cuentas, porque las evidencias son rotundas y ya «no nos da la gana» seguir aguantando mentiras, dobles mentiras.
Y es que el hedor sigue siendo insoportable y no se pueden, los próceres en el poder, retraer del daño producido a una población que ya está harta, que no aguanta más, que no aprecia recuperación a su situación, a su indignación, con una corrupción desoladora. . .que ya no «queremos aguantar» más, en nombre de tanto damnificado, desahuciado, preferentista, desempleado, dependiente abandonado, médico, maestro recortados. . .como para que ahora nos vengan los unos y los otros con la milonga de «pedirnos perdón». . . Pues no nos da la gana otorgarles ese perdón que no se merecen, ¡sin duda!. Probablemente esté llegando el momento de exigir la dimisión del presidente de gobierno y la convocatoria anticipada de elecciones generales. Ya no sirven «explicaciones».
Torre del Mar octubre – 2.014