Pero el caso es que se empeñan en «no enterarse de que fue y va la cosa», a imitación del PP y sus líderes que tampoco se dieron por enterado, ni se dan, y solo son errores de voluntarismo por confiar en quien no debieron. Pues vale, pues muy bien.
Con un trágala infumable ahora va Susana Díaz y defiende «la decencia y la honestidad» de los expresidentes señores Chaves y Griñán, ¡maldita sea!, otra que pone la mano en el fuego, como otros tantos próceres, para que se dé por bueno cuanta «mierda» nos vayan soltando en probadísima «presunta e intachable inocencia».
Sin querer darse por enterados, los unos y los otros, cargándose la credibilidad de una democracia en horas muy bajas.
Porque ya está bien, porque es inadmisible la rapiña que se ha producido en este país, durante demasiado tiempo, en demasiados asuntos, con tantos chorizos sueltos, preventivos, sospechosos, evidentes. . . con toda una parafernalia indigna de sujetos y conmilitones, padrinos y defensores a ultranza. . .desde las altura del gobierno público.
Porque ya está bien. Porque a mí me importa una higa «la decencia y la honestidad» de los responsables políticos que durante su labor de máximos responsables . . . ¿o irresponsables absolutos? Se hizo lo que se hizo, se robó a manos llenas, se desviaron fondos públicos, se practicó el cohecho y la prevaricación . . . y así en sucesivo interminable.
Sin que nadie ponga en duda la actuación de la justicia, para bien o para mal. Pero si cabe exigir a nuestros mandatarios políticos de relevancia, de uno y otro partido y alguna otra agrupación política que lo único que han sabido hacer ha sido: Cerrar filas ante los señalados, ante las tropelías, frente al desmantelamiento que ha sufrido este país, que estamos padeciendo todos.
Porque lo único que deberíamos esperar de nuestros responsables públicos es, amén de sus supuestas faltas o delitos que habrán de demostrarse como tales o no ante la justicia, un perdón creíble, un lamento real, una asunción de «responsabilidades» propias de su cargo . . .por incompetentes o por cómplices.
Ya está bien de salirse del lío poniéndose la pantalla por delante. . .excusando a los imputados, desde el mismo momento de esa imputación, de la sospecha sostenida por la justicia, para poner las manos en el fuego. . .en defensa de sus agrupaciones políticas, en defensa de sus compinches. . .que «son buenos hasta que pase mucho tiempo y la justicia defina lo que proceda». . . para cuando ¿ya no nos acordemos de qué iba el choro sistémico, la corrupción que se pretende salga impune?.
Como para que ahora nos tengamos que aguantar las manifestaciones de preclaras inocencias. . .pillados in fraganti y negando lo evidente y lo indecente.
Como para que ya esté harto de tanta impostada declaración defensiva hacia quienes tenían la obligación de ser «decentes y honestos» y parecerlo, ¡seguro! Torre del Mar 22 – agosto – 2.014